Esta mañana, mientras paseaba por el campo para aprovechar el buen tiempo y la fresca mañanera - ¡por fin!-, me encontré con mi vecino Vicente. Como suele ocurrir en estos encuentros casuales, comenzamos a hablar de diversos temas. Entre ellos, salió la reciente implementación de la nueva Tasa de Basura en nuestro municipio.
Vicente estaba especialmente molesto por esta nueva tasa, que según él ha sido introducida por el Ayuntamiento un año antes de lo necesario. "Ahora nos toca pagar 110 euros por vivienda este año, y el año que viene será aún peor, subiendo hasta los 150 euros," me dijo con evidente frustración. Además, me explicó que esta tasa se añadió sin ninguna reducción del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que ya había aumentado previamente para cubrir los costos de gestión de residuos.
Mientras hablábamos, llegamos a una zona del campo donde nos encontramos con un montón de escombros abandonados. "Es increíble que, a pesar de pagar esta nueva tasa, el término siga estando lleno de basura y escombros," comentó Vicente mientras señalaba los residuos. "Yo y muchos vecinos hemos hecho quejas al Ayuntamiento, pero no sirve de nada. Siempre hacen remiendos, pero nunca solucionan el problema de verdad."
Vicente continuó explicándome que el problema de la basura y los escombros abandonados es especialmente grave en la zona y en todas las pequeñas urbanizaciones del municipio, también en El Paternero, pero no solo, porque hoy las basuras la hemos encontrado cerca del psiquiátrico. "Hay zonas en estas urbanizaciones en que la situación es crítica. Los escombros se acumulan una y otra vez, y no se hace nada por solucionarlo definitivamente," dijo con indignación. Me contó que, a pesar de las promesas del gobierno local de mejorar los servicios y ofrecer bonificaciones para instalaciones fotovoltaicas, estas solo han disminuido del 50% al 40%, y que esta reducción no está relacionada directamente con la nueva tasa de residuos.
Nuestra conversación derivó en la preocupación común de que esta nueva tasa no haga más que aumentar la carga fiscal de los ciudadanos sin ofrecer ninguna mejora real en los servicios municipales. Vicente, como muchos otros vecinos, exigía una reducción del IBI para compensar esta nueva tasa, pero no tenía mucha esperanza de que el Ayuntamiento escuchara estas peticiones.
Después de hablar durante un buen rato, nos despedimos y continué mi paseo, reflexionando sobre la situación y la frustración de tantos vecinos como Vicente, que ven cómo los impuestos aumentan para todos, pero los servicios para algunas zonas de Bétera continúan igual o peor.
Al final, hicimos fotos de los escombros y nos repartimos el trabajo: a mí me ha tocado opinar sobre esto y pasar las fotos.
Luis Poveda (vecino de Bétera)
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| fotos aportadas por el autor de hoy 6-08-2024 |
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