No es la primera vez que el Gobierno duplica sus reuniones cuando recibe batacazos electorales. Lo hizo tras los comicios en Castilla y León y sigue una estrategia similar tras la debacle en Andalucía: Pedro Sánchez convocará un Consejo de Ministros extraordinario el sábado para aprobar el decreto con medidas para hacer frente a las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania, que contendrá la prórroga de algunas de las que están vigentes e incorporará algunas novedades que aún se están negociando en el seno de la coalición. Así lo ha anunciado la portavoz, Isabel Rodríguez, en la rueda de prensa posterior a la reunión que se ha producido este martes.
Sánchez trata de retomar así la iniciativa después de que el PP de Alberto Núñez Feijóo personificado en Juanma Moreno Bonilla se haya hecho con la mayoría absoluta en el antiguo feudo socialista. Las alarmas han comenzado a sonar en Moncloa, donde llevan semanas preparando un cambio de estrategia con el que pretenden mostrar una mayor cercanía del Gobierno con los ciudadanos. Sánchez también quiere dar un impulso político al PSOE.
Con la convocatoria extraordinaria, el presidente quiere trasladar la imagen de que el Gobierno está centrado en solucionar los problemas de los ciudadanos. Así, no espera a la reunión del gabinete ordinaria (que en este caso se producirá el lunes), a pesar de que llegaría a tiempo dado que el actual plan anticrisis no caduca hasta el 30 de junio. Sánchez comienza el martes los prolegómenos de la cumbre de la OTAN con la recepción del secretario general, Jens Stoltenberg, para visitar las instalaciones preparadas en Ifema y con una cena en el Palacio Real presidida por los reyes. Esa es la principal razón por la que la cita del Consejo de Ministros se adelanta al lunes.
También la vicepresidenta y líder de Unidas Podemos en el Gobierno, Yolanda Díaz, aprovechó la resaca electoral para plantear un cheque de 300 euros para la compra destinado a familias vulnerables o la progresividad de la bonificación de los carburantes. La coalición negocia internamente el alcance de las medidas que contendrá el nuevo decreto anticrisis y choca en la ambición de las mismas. Uno de los principales escollos está siendo el impuesto a las eléctricas, que el socio minoritario quiere aplicar ya mientras el ala socialista sostiene que hay que buscar una fórmula jurídicamente incuestionable.
La intención de Moncloa, en todo caso, es mantener el grueso de las medidas que se pusieron en marcha hace tres meses: el incremento de un 15% del Ingreso Mínimo Vital, la bonificación de los carburantes, la rebaja en los impuestos vinculados con la electricidad o la prohibición de subir los alquileres más de un 2%. Pero los socialistas asumen que no se pueden prorrogar sin más.
Los socios del Gobierno han exigido a Sánchez políticas de izquierdas para afrontar lo que queda de legislatura y Moncloa se ha puesto manos a la obra para intentar resolver el conflicto con ERC nada más pasar las elecciones andaluzas. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, recibirá a la consellera Laura Villagrá este miércoles. La intención de la Generalitat era que Pere Aragonés mantuviera una reunión con Sánchez, que el presidente aceptó, pero cuya convocatoria se ha congelado. La cita de los responsables de Presidencia servirá para allanar el camino y retomar el diálogo ante la crisis que atraviesan por el espionaje al independentismo.
Fuente eldiario.es difusión
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