Aunque pueda parecer extraño, los antivacunas obsesionados por no dar su dinero a las siempre malvadas corporaciones sanitarias en realidad hacen aumentar ¡y mucho! la cuenta de resultados y los beneficios de las grandes empresas del sector sanitario.
Uno de los más repetidos "argumentos" en contra de la vacunación es que la venta de estos preparados medicinales reporta a las multinacionales farmacéuticas dueñas de las respectivas patentes miles de millones de euros. Algo totalmente cierto, como se puede observar en el reciente caso de la pandemia coronaviral.
Pero, para centrar el asunto ni siquiera vamos a tener en cuenta las muertes, bien directamente por el propio coronavirus como por todas esas enfermedades que no pudieron ser tratadas con un sistema sanitario inicialmente al borde del colapso y en la actualidad que todavía arrastra larguísimas listas de espera, ni el astronómico coste de haber paralizado la actividad económica durante meses. Simplemente vamos a calcular el gasto que supone hospitalizar a una persona. Un enfermo hospitalizado por COVID-19 recibe diferentes medicamentos como por ejemplo analgésicos, antipiréticos, esteroides, antibióticos o sedantes entre otros, fármacos todos ellos vendidos por diferentes empresas del sector. Por supuesto, durante su estancia hospitalaria el paciente puede necesitar diverso material especializado (jeringuillas, bombonas de oxígeno, suero fisiológico, guantes de látex para el personal sanitario, etc.) que también es fabricado por grandes empresas, muchas veces filiales de las mismas corporaciones que fabrican los medicamentos, que para eso están las economías de escala del mundo capitalista. Y por supuesto las pruebas y test de diagnóstico, junto con el equipamiento habitual en un hospital ha sido vendido también por empresas especializadas que suelen operara nivel global.
En un reciente análisis llevado a cabo en EEUU, la estancia media hospitalaria de un enfermo por COVID-19 asciende a la respetable cifra de 20.000 dólares. Ahora bien, hasta la fecha en ese mismo país se han contabilizado 3.257.025 ingresos hospitalarios, por lo que la factura que han cobrado las grandes corporaciones del sector es de unos 65.000 millones de dólares. Teniendo en cuenta que las vacunas se están vendiendo entre 30 y 40 dólares el ciclo completo, la vacunación de los 331 millones de estadounidenses saldrá por unos 13.000 millones de dólares.
Es decir que es evidente que para la cuenta de resultados del sector sanitario norteamericano es muy conveniente que esas varias decenas de millones de cerriles cristiano-fascistas (que juran y perjuran que a ellos no les quita ningún gobierno "comunista" su "libertad" de morir infectando) sigan en sus trece y aumenten en los próximos meses el número de hospitalizaciones y por consiguiente también el monto de las facturas médicas.
P.D:
Y de regalo un irónico video sobre el tema:
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