“En todas las cosas de la naturaleza hay algo maravilloso”, decía con gran acierto el conocido filósofo griego Aristóteles. Lo cierto es que en ocasiones olvidamos el valor enorme que todos los recursos naturales que tenemos a nuestro alcance suponen para nuestro día a día. Parece que sólo nos acordamos de ellos cuando se produce alguna catástrofe, un accidente o cualquier anomalía o problema que supone una pérdida para su devenir cotidiano. Sin embargo, desde hace tiempo la conciencia ambiental de los ciudadanos –por suerte- va en aumento, en sincronía con las administraciones públicas que tenemos el deber y la obligación de dar una respuesta adecuada, proporcionada, eficaz y eficiente ante los retos que se nos avecinan. El cambio climático constituye, en ese sentido, una de las pruebas más duras a las que nos enfrentamos los gobernantes en particular y la sociedad civil en general como consecuencia de las atrocidades que durante años se han cometido hacia nuestros recursos naturales sin ningún tipo de rubor ni de mesura. Las teorías negacionistas sobre el cambio climático, lejos de pasar desapercibidas, han hecho mella en ciertas partes de nuestra sociedad y, por tanto, han supuesto un freno sustancial en las medidas que una mayoría de los países desarrollados han intentado aplicar para amortiguar, cuanto no parar, ese deterioro imparable. Por ello, ahora más que nunca es necesario continuar con ahínco y esfuerzo con medidas innovadoras, eficaces y al alcance de cualquier vecino, cuyos resultados sean visibles a medio plazo.
En la Comunitat Valenciana tenemos auténticas joyas que la naturaleza a puesto a nuestra disposición, con el Parc Natural del Túria –de entre todos los existentes de nuestra geografía- como mayor exponente de esos magníficos recursos, cercano al cap i casal y que en los últimos años ha experimentado un relanzamiento imparable tras la constitución de la Asociación de Municipios Vinculados al Parc del Túria, en mayo de 2016. Desde entonces el empeño de todas las administraciones, ayuntamientos, entidades sociales y ecologistas y asociaciones se ha centrado en su protección, con medidas ajustadas a la realidad, con una contribución enorme por poner en marcha proyectos e iniciativas que redunden en su desarrollo, auténtico pulmón verde de los municipios de las comarcas del Camp de Túria, l’Horta y los Serranos, a lo largo de sus 4.962 hectáreas de extensión.
En la última reunión hemos dado una respuesta fehaciente a la proliferación de cañas en el cauce del río, una auténtica invasión que, poco a poco, ha ido sustituyendo las especias autóctonas mediterráneas que durante años eran una envidia y un goce para todos los visitantes y turistas –cerca de un millón anual- al tiempo que aumenta el alto riesgo de incendio acrecentado por las áreas residenciales colindantes. La propuesta consiste en recoger esta caña invasora junto al plástico –otro elemento que causa un enorme daño ambiental- para su posterior reutilización en la elaboración de mobiliario urbano, señalización de carriles ciclopeatonales y viales, paradigma de la economía circular al permitirnos reducir las emisiones de dióxido de carbono.
Los fondos económicos europeos se plantean, así, en imprescindibles para acometer semejante proyecto y poder continuar con nuestro empeño por afianzar las políticas ambientales. Su puesta en marcha debe ser un punto de inflexión en el devenir del Parc Natural del Túria, de la que depende nuestra existencia y nuestros semejantes.
SIGNAT: ROBERT RAGA GADEA, alcalde de l'Ajuntament de Riba-roja de Túria.
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