¿Falsifica la CIA dinero para destruir economía? por Juan Torres ¿Falsifica la CIA dinero para destruir economía? por Juan Torres
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¿Falsifica la CIA dinero para destruir economía? por Juan Torres

Recomiendo la lectura de este artículo publicado en la revista noruega Midt i fleisen el pasado mes de agosto con el título Real Fake Helicopter Money. CIA Counterfeiting Currencies to Destroy National Economies. Y abajo transcribo su traducción al castellano realizada por Mario Arias y que él mismo me ha proporcionado.
FALSO DINERO DE HELICÓPTERO – LA CIA FALSIFICA MONEDAS PARA DESTRUIR ECONOMÍAS NACIONALES
¿Por qué los países que están en la mira de EE.UU. a menudo experimentan hiperinflación? En tiempos de dificultades económicas, como la guerra, es normal experimentar una inflación significativa. Pero en los países mencionados como ejemplos a continuación la inflación estaba desbocada, donde el valor del dinero se volvió menor que el del papel con el que se imprimía.
De vez en cuando el New York Times publica artículos que contienen revelaciones extraordinarias, que muestran los métodos de trabajo reales de la CIA. Estas revelaciones son noticia normalmente una sola vez, para después ser olvidadas. En 1992, el periódico publicó un artículo titulado «La falsa inundación de dinero está dirigida contra la economía iraquí », con algunas revelaciones extraordinarias:
La economía de Irak es el objetivo de una campaña de desestabilización dirigida por Estados Unidos para destinar grandes cantidades de moneda falsa en el país, según funcionarios árabes y occidentales.
Los falsos billetes de dinar se están introduciendo de contrabando a través de las fronteras de Jordania, Arabia, Turquía e Irán en un esfuerzo por socavar la economía iraquí, dijeron los funcionarios que vigilan de cerca la situación dentro de Irak. Esos funcionarios dijeron que los dólares falsos están siendo introducidos de contrabando en Irak en cantidades más pequeñas para confundir aún más el sistema bancario. Los funcionarios, que insistieron en no ser identificados, dijeron que los países que están detrás de las diferentes operaciones de falsificación incluyen naciones occidentales, Arabia Saudita, Irán e Israel.
La moneda falsa ha contribuido al severo problema de la inflación, que se agrava por el hecho de que el Gobierno iraquí está imprimiendo dinero a una velocidad incontrolada para pagar salarios inflados y cubrir los costos de la reconstrucción.
Un funcionario saudí, que insistió en no ser identificado, coincidió con los informes, diciendo que “todas las fronteras están siendo utilizadas”.
Para comprender adecuadamente esta táctica de la CIA, vale la pena notar que el país de destino, Irak, ya estaba bajo unas severas dificultades económicas. Un tema común en los países seleccionados son las debilidades preexistentes que se ven fuertemente exacerbadas por la hiperinflación. Los países han sido excluidos de los mercados financieros internacionales, por lo que los préstamos son imposibles.
1992 fue el segundo año de lo que resultaría ser un bloqueo económico de 13 años para Irak. El oro del país y las reservas de divisas se redujeron rápidamente. Incapaz de obtener nuevas ganancias en divisas, el gobierno se vio obligado a imprimir dinero para pagar los salarios y la reconstrucción después de la Primera Guerra del Golfo (1991). Así que ya existía una situación inflacionaria.
Como se puede ver en el artículo del NYT anterior, esto dejó el campo abierto para que los expertos falsificadores de la CIA se trasladaran e inundaran el país con dinero falso. Dada la larga experiencia del servicio y los recursos masivos, las impresiones serían de alta calidad, indistinguibles de las reales en circulación. NYT continúa:
Junto con las sanciones económicas internacionales contra Irak, esas medidas han tenido resultados mixtos desde que terminó la guerra del Golfo Pérsico en febrero de 1991. Han contribuido claramente a debilitar la economía hasta el punto de que la moneda local podría llegar a ser inútil y han aflojado la garra de Hussein sobre las personas […]
Por otro lado, las medidas reforzaron la opinión, compartida por un creciente número de nacionalistas iraquíes, incluyendo a los musulmanes suníes y cristianos, de que Occidente y sus aliados no se contentarán con la expulsión de Saddam Hussein, sino sólo con la división y la destrucción del país.
Y más abajo en el artículo se dice sin rodeos lo que los ministros del gobierno yugoslavo insinuaron unos años más tarde, afirmaciones rechazadas como extravagantes:
El dinero falsificado fue arrojado por los helicópteros de Estados Unidos en las zonas pantanosas del sur …
Para ver que estas tácticas son comunes en la caja de herramientas de la guerra irregular de los Estados Unidos, vale la pena recordar que la CIA suministró a los Mujahedin al menos 2 mil millones de dólares en moneda falsa afgana para el transporte y soborno durante la Operación Ciclón, contra las tropas del gobierno soviético y afgano en los años ochenta. Como pago llegaron a financiar estos grupos a bajo precio, donde el país objetivo sufre las consecuencias inflacionarias.
La escala, en miles de millones de dólares, podría hacer sospechar que esto podría ser sólo la punta de un iceberg de falsificaciones en una sucia táctica de la guerra fría.
Otras grandes potencias han utilizado el mismo método. Francia utilizó la falsificación con gran éxito para hundir en el infierno a su recientemente independiente ex-colonia de Guinea . En 1958, el país quería imprimir su propio dinero, pero Francia lo inundó con billetes falsificados de alta calidad, haciendo colapsar la moneda local. Como resultado, Guinea se vio obligada a unirse a la zona controlada por Francia del franco CFA.
Zimbabue
La situación de Zimbabwe es un poco más confusa, pero se ajusta al mismo patrón. El país es declarado “una inusitada y extraordinaria amenaza para la política exterior de Estados Unidos” y el líder (Mugabe) debidamente demonizado. De todos los casos examinados aquí, Zimbabwe es el país donde esta acusación es más absurda, ya que de ninguna manera concebible se puede interpretar como una amenaza a la seguridad de los EE.UU., excepto para los intereses de las grandes empresas.
Zimbabwe experimentó hiperinflación en los años 2000, cuando había un sinfín de artículos en los medios occidentales que describían los horrores ligados al proceso de las reformas agrarias. Si uno identifica un solo tema que ha puesto a Zimbabwe en el punto de mira, es la cuestión de la tierra. La economía estaba en proceso de reestructuración, desde el antiguo statu quo groseramente injusto, donde 6000 colonos (blancos) poseían la mayor parte de la tierra productiva, mientras que 6 millones (negros) vivían en pequeñas parcelas de subsistencia. Este intento de adquirir tierra y distribuirla a las personas sin tierra alarmó a Gran Bretaña, Estados Unidos y al mundo financiero.
Se identificó una debilidad, exacerbada y explotada. El país tenía una economía en transición y era vulnerable. Como primer paso, el país fue sancionado y bloqueado por las instituciones financieras internacionales. Ya no podía tomar préstamos para financiar el comercio exterior habitual. Los ingresos de exportación bajaron, con una combinación de varios factores, entre ellos la reestructuración, la sequía y las sanciones. El banco central tendría que imprimir dinero, con la consiguiente inflación, para mantener el aparato del gobierno en marcha. Y aquí se abre una posible puerta a los falsificadores, cuando sus esfuerzos tuvieran el máximo impacto.
El país tuvo una inflación bastante fuerte en el período de finales de los años noventa, pero en el período 2008-9, cambia a una hiperinflación masiva. Fue acompañada por una gran campaña psicológica en la prensa mundial, con un sinfín de acusaciones racistas por la mala gestión africana. Por supuesto, esta información estaba ocultando y minimizando los efectos de las sanciones y su interferencia.
Corea del Norte
Este país apenas necesita introducción para ser definido como parte del “Eje del Mal”, uno de los siete países específicamente seleccionados como prioritarios para el cambio de régimen por parte del Pentágono. Experimentó una hiperinflación severa en los años 2009-2011, llevándole a una reforma monetaria.
La revista Forbes publicó un artículo en agosto de 2017 de Richard Miniter, con el título « Bomb North Korea – With Its Own Money ». Los artículos parecen haber sido inspirados por el pensamiento actual del aparato de seguridad nacional.
El artículo sugiere que si uno dejaba caer «falsa moneda norcoreana (el won), como confeti, sobre cada ciudad y comuna, el won rápidamente se derrumbaría.» Obligaría al país y a sus habitantes a hacer negocios en moneda extranjera, como el dólar o yuan. Según el artículo, el gobierno tuvo una respuesta flexible al último episodio de hiperinflación en 2009-11, pero como resultado “hoy, más de la mitad de las transacciones en la capital y en la frontera china se hacen en dólares o yuanes”.
El artículo prevé que el próximo episodio de hiperinflación llevaría al gobierno a «hacer vista gorda de la economía de mercado emergente. Sólo que esta vez, la dolarización y la yuanización se extenderán de la mitad de la economía a la totalidad de ella. »…« Una vez debilitado por la hiperinflación seguida de la dolarización, Estados Unidos podría apuntar a sus pocas fuentes de divisas »… «Simplemente, el won de Corea del Norte desaparecería como medio de intercambio. Dólares, yuanes y otras monedas regionales se usarán para liquidar casi todas las cuentas (ciertamente incluyendo pagos a Pyongyang), haciendo que Corea del Norte dependa absolutamente de un suministro consistente de dinero externo. Este es el apalancamiento que el mundo civilizado puede usar contra él.»
Como un interesante apartado, con indicios de lo que el aparato de seguridad militar considera dentro del ámbito de lo posible, el artículo también prevé dirigir el precio mundial del carbón a niveles inferiores a los costos de producción norcoreanos para dañar sus ingresos de exportación. Esto es comparable a los bajos precios del petróleo de los últimos años en relación con la guerra económica contra Rusia y Venezuela.
Como señal de que esta falsificación podría ser una operación continua, la UPI informó en mayo de 2016 en un intrigante artículo:
«Un enorme montón de billetes falsos de Corea del Norte que pesaba alrededor de 150 kilogramos fue encontrado entre un montón de papeles en el suroeste de Seúl. «Los billetes falsificados fueron impresos en denominaciones de 5.000 won de Corea del Norte».
Esta cantidad de dinero falso de Corea del Norte sería inútil en el sur, y difícil de justificar como ganancias financieras por los falsificadores “normales”. Una explicación razonable sería que formaba parte de una operación de rutina para contrabandear dinero falso hacia Corea del Norte, que por algún motivo había salido mal.
Yugoslavia
Yugoslavia experimentó dos picos de hiperinflación, 1992-3 y 1999. Durante las guerras de secesión, se introdujeron sanciones draconianas y el país tuvo bloqueado el acceso a las finanzas internacionales. El presidente George W. Bush acusó a Yugoslavia de “constituir una inusual y extraordinaria amenaza para la seguridad nacional” en mayo de 1992, debido a la guerra civil en la recientemente independiente Bosnia, donde Yugoslavia (que ahora consiste principalmente en Serbia) fue acusada de intromisión.
El segundo pico se produjo en 1999, durante la administración Clinton, cuando Estados Unidos y la OTAN estaban en plena campaña de guerra para independizar a Kosovo e intentar derrocar al presidente Milošević.
Las autoridades yugoslavas eran conscientes de la posibilidad de contrabando de dinero falsificado en el país. Un artículo en el Washington Post antes de la guerra de Kosovo decía:
“Los funcionarios del gobierno [yugoslavo] discuten silenciosa y seriamente sobre lo que podría hacer la CIA para promover el objetivo de la administración Clinton de sacar a Milosevic del poder. Ellos se preguntan, por ejemplo, si la agencia podría difundir falsos dinares yugoslavos para sembrar aún más turbulencia en la economía.”
Steve H. Hanke, un experto en el campo de la hiperinflación, con una experiencia muy extensa trabajando en estrecha colaboración con el gobierno de EE.UU. en muchas áreas, nos brinda varias anécdotas interesantes en su artículo con el título Otro problema para Siria, la inflación:
«En octubre de 1999, el ministro de Información de Yugoslavia, Goran Matic, afirmó que yo estaba a cargo de enviar grandes cantidades de dinares yugoslavos falsificados a la Serbia de Milosevic, en un intento de hacer que el dinar se derrumbara y que la inflación se disparara».
Henke niega la veracidad de la acusación, pero menciona en el mismo artículo que el gobierno sirio tenía sospechas similares hace unos años:
“El viceprimer ministro sirio de Asuntos Económicos, Qadri Jamil, afirmó que Gran Bretaña, Arabia Saudita y los Estados Unidos estaban involucrados en una conspiración para socavar la libra siria al inundar el Líbano y Jordania con billetes falsos de libra siria.”
Irán
Vale la pena echar un vistazo a la que posiblemente es la misma táctica que se está utilizando en Irán, donde la falsificación del rial podría haber sido utilizada en un intento de hundir la moneda nacional. Hanke llama la atención por haber identificado un período de hiperinflación en Irán en 2012. El trabajo de base estaba allí, como Washington Post escribió en un artículo de 2012 con el título la Hiperinflación finalmente llega … a Irán:
«Desde 2010, Estados Unidos ha estado endureciendo constantemente las sanciones contra Irán. Una buena parte de los 110 mil millones de dólares de reservas de divisas de Irán están bloqueados en cuentas offshore que ahora están congeladas. A los bancos extranjeros se les ha prohibido hacer negocios con el banco central iraní. Y Irán está teniendo problemas para vender su petróleo en el extranjero. Con todo ello esas sanciones han restringido el suministro de dólares y otras divisas a Irán. »…« Las sanciones estadounidenses están atacando e infligiendo una violenta hiperinflación en el país. «…» Este problema explotó el mes pasado. En el mercado negro el valor del rial iraní ha caído un 65 por ciento en las últimas semanas. »¿Qué fue lo que desencadenó el colapso repentino del mes pasado? Aún no está claro.»
Nicaragua
La misma hipótesis podría ser utilizada para Nicaragua, que también fue declarada “una amenaza inusual y extraordinaria” por Reagan. En los años ochenta, al mismo tiempo que los Estados Unidos imprimían dinero falsificado para los Mujahedin en Afganistán, Nicaragua experimentó hiperinflación, de junio de 1986 a marzo de 1991.
El país estaba luchando contra los Contras, un grupo guerrillero / terrorista casi exclusivamente financiado por la CIA. Uno podría recordar que la CIA y Contras no tenían ningún escrúpulo para contrabandear grandes cantidades de cocaína a los EE.UU., por lo que la impresión y distribución de dinero falso difícilmente habría sido considerado como al margen de la sociedad. La campaña contra el país siguió el mismo patrón: la demonización, los años de endurecimiento constante de las sanciones, la inflación cuando el gobierno se vio obligado a imprimir dinero, que luego entra en exceso como hiperinflación .
Venezuela
Hoy en día esta táctica podría ser utilizada contra Venezuela en este mismo momento. La moneda se ha hundido durante los últimos años. Se podría decir, por supuesto, que se debe enteramente a factores económicos «naturales», pero el patrón existe. El país ha estado sacudido desde al menos 2002. Estados Unidos declaró a Venezuela “una amenaza a la seguridad nacional” en marzo de 2015, y ha impuesto sanciones cada vez más estrictas. La economía está en una posición tan débil que el dinero falsificado exacerbaría fuertemente los problemas existentes.
El país incluso imprime sus billetes en el extranjero, lo que da acceso a los servicios de inteligencia occidentales a las planchas de impresión. Los bolívares falsos serían indistinguibles de los reales. Al igual que en varios otros lugares, se puede observar una campaña masiva en la prensa internacional para destacar la inflación, y así reducir aún más la fe en la moneda.
Rusia, el mayor desafío
Rusia es un juego diferente. Incluso las sanciones cada vez más draconianas y los intentos de bloquear al país por los mecanismos financieros internacionales han tenido un éxito limitado. Rusia es una potencia global tan grande y autosuficiente que requeriría una operación a una escala nunca antes vista para dañar su economía. La situación no ha llegado a donde la introducción de una gran cantidad de dinero falsificado exacerbaría una debilidad ya existente. Para ser realmente exitosa, la táctica debe haber detenido todas las formas de crédito y dañado significativamente los ingresos por exportaciones. Por supuesto, mientras tanto, la falsificación de dinero, al ser prácticamente gratis, podría financiar todo tipo de grupos que trabajan para derrocar al gobierno.
Conclusión
Introducir dinero falso es una medida increíblemente devastadora en una guerra económica. Un país débil es atacado con falsificaciones de excelente calidad, y el banco central no puede realizar contramedidas adecuadas por miedo a crear pánico.
Por contra, el banco central se ve obligado a entrar en el juego de la CIA. Dado que el gobierno depende de él para su financiación, a pesar de la hiperinflación amenazante, el banco se ve obligado a imprimir en denominaciones cada vez más altas.
Tal vez un millón de personas murieron en los 13 años de sanciones contra Irak. Destruir la moneda ayudó en este proceso, pauperizando a la población, haciéndolos incapaces de permitirse incluso sus necesidades básicas y destruyendo sus vidas.
Los observadores de otras naciones en la encrucijada deben ser conscientes de esta posibilidad. Las economías más pequeñas, digamos Bolivia o Pakistán, que están en los malos libros, deben ser conscientes de que la guerra financiera no sólo se hace con tácticas desde arriba, como las sanciones. Puede ser muy difícil contrarrestar una avalancha de dinero falso en el momento más débil del país si los otros elementos de un asedio económico han sido previamente puestos en práctica con éxito.
Juan Torres
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* Juan Torres es catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Sevilla
* Crónica agradece al autor poder compartir sus opniones con nuestros lectores
 
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