Tal día como hoy, 20 de noviembre, de hace 80 años, el 1936, moría Buenaventura Durruti, a los 40 años, quizás, el anarquista más conocido del Estado y de su organización sindical, la CNT, cuando luchaba en el frente de Madrid de la guerra provocada por los golpistas franquistas contra el orden establecido de la II República.
Durruti nació en León el 14 de julio de 1986. Empezó a trabajar a los 14 años en su ciudad natal como mecánico ajustador y trabajó en el sector ferroviario. En 1917, la Unión General de Trabajadores (UGT) organizó una huelga en la que Durruti participó activamente. El gobierno llamó al ejército para reprimirla y murieron 17 trabajadores, 500 personas resultaron heridas y 2.000 encarceladas sin juicio. Debido a esto, Durruti tuvo que exiliarse en Francia.
En el exilio, hasta 1920, trabajó de mecánico en París, pero fue convencido para ir a Barcelona, donde se afilió a la Confederación Nacional del Trabajo. En 1922 formó junto con Juan García Oliver y Francisco Ascaso el grupo Los Solidarios, al que se le imputó, un año más tarde, el asesinato del cardenal Juan Soldevila, producido como represalia del asesinato de Salvador Seguí, el “Noi del Sucre“. Huyó y recorrió Argentina, Uruguay, México y otros países latinoamericanos y europeos. En junio de 1926, Durruti, Ascaso y Gregorio Jover Cortés, intentaron, sin éxito, asesinar a Alfonso XIII y fueron encarcelados en Francia durante 6 meses.
En 1931, volvió a Barcelona y se integró a la Federación Anarquista Ibérica de la CNT-FAI. En 1936, derrotado el golpe militar en Barcelona, Durruti decidió pasar al frente, empezando por liberar Zaragoza de los franquistas que era, después de Barcelona, otro gran núcleo urbano anarquista. Se formó, entonces, la famosa Columna Durruti, que tomó rumbo a Zaragoza con escaso suministro de armas y artillería, por lo que tuvo que limitarse a tomar los pueblos por donde pasaba. En estos, los campesinos se veían libres para hacer la revolución: los terratenientes eran expropiados de sus tierras, las cuales eran colectivizadas, abolía la propiedad privada y se instauraba el comunismo libertario. En noviembre de ese año, marchó a Madrid con su columna a contener la ofensiva de las tropas golpistas (Batalla de Madrid).
Cuando se encontraba en las proximidades de la ciudad universitaria de Madrid (ocupada por los golpistas) fue herido mortalmente por un disparo en situaciones extrañas. Entre las diversas hipótesis de su muerte están las de un disparo proveniente de un hotel ocupado por los fascistas en la plaza de la Moncloa -situada cerca de un kilómetro de distancia- y que habría impactado contra Durruti en el pecho. Otras versiones, sin embargo, afirman que se disparó accidentalmente al bajar del coche por su propia arma, llamada naranjero (versión española del subfusil Schmeisser MP28 II, al que faltaba el mecanismo de seguridad y podía dispararse por un simple golpe de culata contra el suelo). García Oliver, sin embargo, compañero de Durruti desde los tiempos de Los Solidarios y que fue la persona que acompañó a Durruti en el frente de Madrid vivo y que lo acompañó de vuelta a Barcelona muerto, explica en su libro autobiográfico “El eco de los pasos” que esta historia nunca se la acabó de creer, porque Durruti nunca en su vida usó un naranjero, utilizaba una pistola; y que tampoco aparece nunca con esta arma en las fotografías. Según Abel Paz, anarquista y biógrafo de Durruti, la bala le entró por detrás, con lo cual, por muy peligrosos que fueran los naranjeros, era difícil, dice, sostener la teoría del accidente. Otras conjeturas apuntan a que pudo ser asesinado por agentes estalinistas.
Buenaventura Durruti es una de las grandes referencias del anarquismo internacional. Y fue el gran líder de la CNT española. Contribuyó especialmente a las colectivizaciones agrarias y fue un referente especial en la lucha obrera. Sirvan como muestra estas tres citas de su pensamiento, tan vigentes en estos momentos:
¿Habéis organizado ya vuestra colectividad? No esperéis más. ¡Ocupad las tierras! Organizaos de manera que no haya jefes ni parásitos entre vosotros. Si no realizáis eso, es inútil que continuemos hacia adelante. Tenemos que crear un mundo nuevo, diferente al que estamos destruyendo.
Ningún gobierno lucha en contra del fascismo para destruirlo. Cuando la burguesía ve que el poder se les escapa de sus manos, alzan el fascismo para mantener sus privilegios.
(…) la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este instante.
Per Toni Roderic, President de Los Verdes.
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Vinculat des de molt jove a la CNT i a diversos moviments d'esquerra, és militant dels Verds des de finals del segle passat. Ha sigut regidor a Dénia, President dels Verds del País Valencià i, actualment, President de la Federació de Los Verdes.
Filòleg i escriptor, ha exercit el seu magisteri en diverses escoles i instituts del País Valencià i de Catalunya, així com també en la Universitat Nacional d'Educació a Distància i en l'Institut de Ciències de l'Educació de les Universitats de València i Alacant. Ha sigut Inspector Educatiu i Director Territorial de Cultura a Alacant.
Premi XXV d’Abril a Benissa amb un llibre de contes, Premie Educació i Societat del Ministeri d'Educació pel seu llibre de text A *debat, ha publicat una trentena llarga de llibres de text per a l'ensenyament del valencià, llibres de cuina tradicional valenciana i innombrables col·laboracions periodístique
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