Grecia ha venido gastando el 2’3% del PIB en armamento: el segundo estado europeo después del Reino Unido (2’4%) y muy por encima de Francia (1’9%), Alemania (1’3%) o España (1%). Políticas de los partidos que han venido gobernando durante años: Nueva Democracia (el PP griego) y el PSOK (los socialistas helenos), justificado por la “histórica amenaza turca”.
Los presupuestos generales del Estado griego para 2015 dedican a Defensa 3.305 millones de euros, lo que corresponde al 5,9 % de la totalidad del erario público y al 1,8 % del producto interior bruto (PIB) griego, sensiblemente superior al gasto militar de Alemania, que supone el 1,1 % de su PIB, según la revista Jane’s.
Desde la caída de la Dictadura de los Coroneles en 1974 hasta 2010, el gasto militar en Grecia ha llegado a la cifra de 250.000 millones de euros, en precios estables de 2005, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI).
La deuda del país en 2010, año en que Grecia firmó su primer programa de rescate, alcanzó los 310.000 millones de euros.
La mayoría de estas compras de armamento se realizan a empresas de EEUU, Alemania y Francia y han estado financiadas por los créditos de bancos alemanes o franceses que son los que tienen el grueso de la deuda griega.
Según una investigación conjunta de jueces griegos y alemanes (Guess which bankrupt EU state is the world’s fourth biggest arms importer), “para obtener contratos se ha utilizado el soborno a importantes políticos griegos, funcionarios públicos y líderes militares (…). Esto sitúa en un nuevo e insólito contexto la reciente disputa entre Alemania y el Banco Central Europeo sobre cuál es la mejor manera de ayudar a Grecia a pagar sus deudas sin desestabilizar los mercados. Toda esta discusión sólo sirve para encubrir la realidad de una situación en la que un país de renta media ya no puede permitirse ofrecer a sus ciudadanos los medios para llevar una vida digna, productiva y satisfactoria y, sin embargo, puede gastar miles de millones en instrumentos diseñados para acabar prematuramente con otras vidas.”
“La compra de armamento ha sido siempre una operación opaca… el encarcelamiento de un exministro de Defensa es solo la punta del iceberg“, declaró el ministro adjunto de Defensa, Kostas Ísijos, en la comisión parlamentaria que audita la deuda helena.
Ísijos citó como ejemplo de compra escandalosa de armamento el contrato que en 2006 Grecia suscribió con Alemania para la compra de 170 tanques Leopard II por valor de 1.700 millones de euros, un acuerdo que, sin embargo, no incluía el mantenimiento ni el suministro de municiones por lo que, según él, convertía a los griegos en “buenos para los desfiles militares, pero inútiles para la defensa nacional“.
Surgen preguntas cómo las que podemos leer en “Alemania coloca armas a Grecia en su plan rescate“: “¿Qué es lo que se está rescantando en concreto: a los griegos, que obligados por las imposiciones del FMI y de los alemanes y franceses, han depredado su sistema de derechos y convertido al pueblo griego en depauperado? ¿Tal vez es un rescate de las élites griegas y de sus privilegios? ¿Un poco, a lo mejor un mucho, de las industrias militares y de los intereses alemanes y franceses? Es curioso. El militarismo europeo es el rescatador y el rescatado. Esperan la inyección de dinero de los contribuyentes alemanes y franceses para, con la otra mano, recibir este pastizal en los bolsillos de las industrias de armamento. Grecia, así, funciona como franquicia y país de tránsito del dinero que sale de las arcas de los que nos imponen las condiciones de vida a los demás y regresan a estas arcas como negocio. (…) Un negocio redondo. El rescate es el rescate del militarismo y de la especulación, no de la sociedad ni de sus valores, justo como aquí.”
Que no se extrañe nadie si la decisión de Tsipras de llevar a referéndum la aceptación o no de las condiciones de la Troika no puede ser aceptada: pondrá en cuestión toda la política real y lo que subyace tras los ultimátums a Grecia de la casta militarista y financiera europea.
Desde Los Verdes consideramos que estas decisiones que afectan al fondo de la vida de las personas se han de reconsiderar, estudiar y decidir democráticamente. Los ciudadanos no son responsables de las decisiones corruptas de sus dirigentes ni de sus negocios, ni por supuesto del envilecimiento de sus gobiernos. Por eso, la via de la consulta y del derecho a decidir son imprescindibles democráticamente. Nosotros estamos con Tsipras y con Grecia. Y si gobernamos, consideramos imprescindible una auditoría de nuestra deuda y una consulta sobre la misma. Al mismo tiempo que consideramos vergonzosa, indecente y bochornosa la complicidad de Rajoy, del PP y del PSOE con las decisiones del Eurogrupo y del FMI respecto a Grecia.
Los presupuestos generales del Estado griego para 2015 dedican a Defensa 3.305 millones de euros, lo que corresponde al 5,9 % de la totalidad del erario público y al 1,8 % del producto interior bruto (PIB) griego, sensiblemente superior al gasto militar de Alemania, que supone el 1,1 % de su PIB, según la revista Jane’s.
Desde la caída de la Dictadura de los Coroneles en 1974 hasta 2010, el gasto militar en Grecia ha llegado a la cifra de 250.000 millones de euros, en precios estables de 2005, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI).
La deuda del país en 2010, año en que Grecia firmó su primer programa de rescate, alcanzó los 310.000 millones de euros.
La mayoría de estas compras de armamento se realizan a empresas de EEUU, Alemania y Francia y han estado financiadas por los créditos de bancos alemanes o franceses que son los que tienen el grueso de la deuda griega.
Según una investigación conjunta de jueces griegos y alemanes (Guess which bankrupt EU state is the world’s fourth biggest arms importer), “para obtener contratos se ha utilizado el soborno a importantes políticos griegos, funcionarios públicos y líderes militares (…). Esto sitúa en un nuevo e insólito contexto la reciente disputa entre Alemania y el Banco Central Europeo sobre cuál es la mejor manera de ayudar a Grecia a pagar sus deudas sin desestabilizar los mercados. Toda esta discusión sólo sirve para encubrir la realidad de una situación en la que un país de renta media ya no puede permitirse ofrecer a sus ciudadanos los medios para llevar una vida digna, productiva y satisfactoria y, sin embargo, puede gastar miles de millones en instrumentos diseñados para acabar prematuramente con otras vidas.”
“La compra de armamento ha sido siempre una operación opaca… el encarcelamiento de un exministro de Defensa es solo la punta del iceberg“, declaró el ministro adjunto de Defensa, Kostas Ísijos, en la comisión parlamentaria que audita la deuda helena.
Ísijos citó como ejemplo de compra escandalosa de armamento el contrato que en 2006 Grecia suscribió con Alemania para la compra de 170 tanques Leopard II por valor de 1.700 millones de euros, un acuerdo que, sin embargo, no incluía el mantenimiento ni el suministro de municiones por lo que, según él, convertía a los griegos en “buenos para los desfiles militares, pero inútiles para la defensa nacional“.
Surgen preguntas cómo las que podemos leer en “Alemania coloca armas a Grecia en su plan rescate“: “¿Qué es lo que se está rescantando en concreto: a los griegos, que obligados por las imposiciones del FMI y de los alemanes y franceses, han depredado su sistema de derechos y convertido al pueblo griego en depauperado? ¿Tal vez es un rescate de las élites griegas y de sus privilegios? ¿Un poco, a lo mejor un mucho, de las industrias militares y de los intereses alemanes y franceses? Es curioso. El militarismo europeo es el rescatador y el rescatado. Esperan la inyección de dinero de los contribuyentes alemanes y franceses para, con la otra mano, recibir este pastizal en los bolsillos de las industrias de armamento. Grecia, así, funciona como franquicia y país de tránsito del dinero que sale de las arcas de los que nos imponen las condiciones de vida a los demás y regresan a estas arcas como negocio. (…) Un negocio redondo. El rescate es el rescate del militarismo y de la especulación, no de la sociedad ni de sus valores, justo como aquí.”
Que no se extrañe nadie si la decisión de Tsipras de llevar a referéndum la aceptación o no de las condiciones de la Troika no puede ser aceptada: pondrá en cuestión toda la política real y lo que subyace tras los ultimátums a Grecia de la casta militarista y financiera europea.
Desde Los Verdes consideramos que estas decisiones que afectan al fondo de la vida de las personas se han de reconsiderar, estudiar y decidir democráticamente. Los ciudadanos no son responsables de las decisiones corruptas de sus dirigentes ni de sus negocios, ni por supuesto del envilecimiento de sus gobiernos. Por eso, la via de la consulta y del derecho a decidir son imprescindibles democráticamente. Nosotros estamos con Tsipras y con Grecia. Y si gobernamos, consideramos imprescindible una auditoría de nuestra deuda y una consulta sobre la misma. Al mismo tiempo que consideramos vergonzosa, indecente y bochornosa la complicidad de Rajoy, del PP y del PSOE con las decisiones del Eurogrupo y del FMI respecto a Grecia.
Toni Roderic, Presidente de Los Verdes.
* Crónica agradece al autor que comparta sus opiniones con nuestros lectores
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