La de los CIE ha parecido siempre una historia de balones fuera. Se van echando la culpa mutuamente de la génesis y de la gestión.

Tanto el representante del Partido Socialista, Antonio Torres, como la representante del Partido Popular, Verónica Marcos, se echaban balones entre ellos. El Gobierno actual dice que antes había condiciones dramáticas y ya no las hay… El anterior decía que, si habían situaciones dramáticas, era porque no se estaban cumpliendo las condiciones que ellos habían puesto al crearlo… Y luego se escudan mucho en Europa, en que estos centros existen en toda la Unión Europea. Un "la ley es así y no podemos hacer nada".

¿El status quo de los CIE es inamovible o después de hablar con todos los partidos se puede cambiar la situación?

No creo que haya una voluntad real a nivel de los partidos mayoritarios de cambiarla. Desde el año 1985 existen, aunque Zapadores es más nuevo. Ha habido intentos de mejora, por ejemplo con la aprobación del reglamento [elaborado por el Gobierno en marzo de 2014] y con el que la campaña CIEs NO ha sido muy crítica, calificándolo incluso de retroceso. Estos partidos se quedan en el primer nivel de las condiciones del CIE. Ellos no cuestionan la existencia del CIE. Como dice en el documental Verónica Marcado, del PP, "algo hay que hacer".

Esa es generalmente la primer excusa para justificarlos.

No ven alternativa. En el documental se incluyen varios debates en Les Corts y las Cortes Generales, y la postura de PP y PSOE es la misma, que no hay alternativa a los CIE.

Una gran parte de la clase política, las asociaciones que trabajan con los inmigrantes e incluso los propios policías piden una solución para estos centros.

Es cierto que el Sindicato Unificado de Policía está en contra de que la Policía Nacional sea la encargada de dar este servicio, porque no están preparados y debería ser un asistente social. Desde CIEs NO y los partidos que están en contra, se insiste en que no es cuestión de darle un trato humano a un centro que, en su definición, roza lo inhumano. No cuadra mucho que en el siglo XXI existan unos centros en los que te internan por no tener un papel.

La situación se agrava aún más por la situación del propio centro.

En el documental hay dos líneas de lectura. Habrá gente que lo vea y se va a impactar por las condiciones de Zapadores y los casos que se han denunciado. Nos hemos focalizado adrede en una mirada valenciana a un problema global; desde Valencia, comprender el fenómeno global de los CIE, igual que las vallas en las fronteras, que están por todo el mundo. Habrá gente que haga la segunda lectura de cuestionarse la misma existencia del centro. No hemos querido hacer un documental activista y posicionarnos, aunque mi posición la tengo muy clara.

Con esta colección de testimonios, el espectador puede hacerse su propia opinión. ¿Os ha faltado alguna voz?

Sí. La del jefe del CIE, el comisario jefe de la Brigada de Extranjería, Antonio Ferrando, que accedió a participar en el documental, pero desde la Dirección General de la Policía en Madrid se lo prohibieron en cuatro ocasiones. No autorizaron a entrevistar a nadie con responsabilidad directa (mando policial) sobre el CIE. El testimonio policial que tenemos es el de un policía que trabaja en el CIE pero habla a nivel sindical. Sí que tenemos el testimonio del subdelegado del Gobierno, que al final es como el portavoz del Ministerio del Interior en este caso.

De todas las historias de migración que habéis escuchado, ¿cuál es la que más os ha impactado?

Quizás dos. Una, por el nivel de instantaneidad con el que la vivimos. Un día esperando en la puerta del CIE a ver si algún familiar quería hablar, nos encontramos con una chica argentina que llevaba diez años aquí y que venía de visitar a su hermano que también llevada años aquí y tenía una hija española. En el momento de la entrevista ella no acababa de entender qué era este centro, qué hacía su hermano aquí y la posibilidad de que su hermano acabara expulsado, como así acabó. Ese desarme inicial nos impactó mucho. Y luego, una historia que desmonta muchos de los discursos que se van planteando en el documental y que se centra en el derecho que se tiene al asilo dentro del CIE. Un hombre argelino homosexual, en Argelia es delito serlo y tiene hasta penas de prisión, intentó llegar aquí a nivel legal; no lo consiguió y se metió en una patera. Acabó en el CIE de Zapadores y dentro de allí es testigo de la fuga del pasado verano y de los presuntos malos tratos. Esa misma tarde le expulsan directamente a Argelia mientras estaba esperando una respuesta de Madrid de su petición de asilo. Cuando llega a Argelia, la policía descubre en los papeles de su mochila el motivo de su petición de asilo. Te puedes imaginar: paliza y lo meten en prisión. Volvió a venir en una patera, volvió a pedir asilo, se lo denegaron y tras una huelga de hambre consiguió el estatuto de solicitante de asilo. Tenemos esta historia en primera persona y, luego, a policías, políticos y jueces hablando del derecho al asilo que existe.

Desde fuera, los medios tenemos un reto para explicar a la calle qué es un CIE.

Es la motivación principal que nos llevó a hacer este documental. Los medios lo tratan cuando hay alguna fuga, un fallecimiento o un caso llamativo. No hay un tratamiento en profundidad sobre qué son los CIE, qué implican y qué supone para una sociedad como la nuestra que existan centros de este tipo.

Nos hemos puesto un poco la venda en los ojos.

Quizá eso sea porque se habla mucho de números y poco de historias. Si te sientas y estás una hora y 20 minutos conociendo a los personajes, de alguna manera tienes que empatizar con ellos. Mucha gente no sabe qué son los CIE, ni que en Zapadores tenemos este centro enorme con este muro.

¿Se puede tomar el documental como foto fija de lo que es un CIE?

Aunque el documental esté focalizado en el CIE de Zapadores, es extrapolable a los más de 220 centros que hay en toda Europa. Tiene una mirada global, aunque nos hayamos centrado en lo local para conseguir cercanía, empatía y seguimiento. Hemos estado un año entero siguiendo a los miembros de la campaña, a los políticos de aquí, a la gente que ha sido internada aquí, pero para explicar una historia global.

Después de un año analizando el problema, ¿veis alguna solución?

En Grecia, el Gobierno de Syriza ya ha anunciado un cierre progresivo de los CIE. Y eso que en Grecia estaban las peores condiciones de toda Europa, denunciadas por Amnistía Internacional o Human Rights Watch. Al final, los CIE están en este status quo porque han estado invisibilizados y no forman parte de las preocupaciones y reivindicaciones de la mayoría. Si a través de este documental, se logra una visibilidad, todo dependerá de la presión social que haya. Todo se puede cambiar. Este es un año muy interesante electoralmente y quizá 'La puerta azul' ha llegado en el momento perfecto. Nuestro objetivo es llegar al máximo de público y dar una bofetada a toda esa gente que no lo sabía.
* Jose Miguel Reyes
* desde els nostres amics de Nonada.