¿Para qué votar? ¿Qué decisiones del Parlamento Europeo influyen en mi día a día?

Si quieres que cambie tu día a día, votar para darle la vuelta a la actual Europa, es lo que te servirá. Aunque la abstención dice la Junta Electoral que es un derecho, lo cierto es que con ella no se influye en las decisiones que se tomarán en Europa y además significa no plasmar las múltiples quejas que desde todos los rincones se han venido haciendo a la situación que estamos viviendo. En las últimas elecciones europeas hubo una abstención del 55 por ciento y nadie duda de que las medidas adoptadas en los últimos cuatro años han sido dictadas desde Europa. ¿Entónces, qué sentido tiene abstenerse?.

Y en Europa también caben las coaliciones, por lo que si con tu voto logras que existan mayoría diferentes a las clásicas, también estás influyendo más de lo que crees.

Incluso los presupuestos españoles viajan a Europa primero y luego, con el visto bueno, vuelven a España y se aprueban en el Parlamento. Aunque en este viaje no son las instituciones democráticas europeas quienes tienen la voz cantante. Por eso,  si te abstienes, recuerda que lo haces sobre unas elecciones que son fundamentales para tí.

Además la mayoría de las políticas que se deciden en los Parlamentos de las diferentes estados miembros, se hacen cumpliendo las directivas europeas. Ninguna ley se aprueba ya, sin que esté conforme y concorde con una directiva europea. y  lo cierto es que las decisiones del Parlamento Europeo sí influyen en el día a día de los ciudadanos, y lo hacen de varias formas. ¿Cómo? De las siguientes maneras:

El Parlamento Europeo comparte con el Consejo de la Unión Europea, órgano en que están representados los gobiernos nacionales de los 28 Estados miembros a través de sus ministros, el poder legislativo.

Es decir, aprueba, en acuerdo con el Consejo de la Unión Europea mediante un proceso que se llama de 'codecisión', normativas europeas, que pueden llegar a ser de obligado cumplimiento en los Estados y afectan directamente al día de los ciudadanos.

De hecho, directivas aprobadas en Europa tienen que ser luego incorporadas a la legislación nacional, e influyen en temas tan variados como la agricultura, la industria, las finanzas y hábitos diarios de los ciudadanos.

Así, en su último pleno antes de las elecciones, el Parlamento Europeo aprobó una directiva, que luego deberá aplicarse en cada país miembro, que obligará a los accionistas y acreedores --incluidos bonistas sénior y grandes depositantes--, en lugar de a los contribuyentes, a asumir pérdidas en futuras crisis.

Un ejemplo más cotidiano es el de los actuales permisos de conducción de motocicletas. El actual sistema que rige en España, por el que hay que tener un carnet u otro en función de la potencia de la moto, proviene de la transposición de una directiva de 2006, que pasó por el Parlamento Europeo y que determinó a grandes rasgos el sistema que funciona ahora en España.

Otro ejemplo concreto que todavía no se ha aplicado, pero que podría salir adelante en un futuro es la prohibición del 'roaming', el recargo que aplican las compañías de telefonía por usar el móvil en el extranjero, tanto para las llamadas como para los mensajes de texto o para navegar por Internet.

La comisión de Industria del Parlamento Europeo ha aprobado que el 'roaming' debe dejar de cobrarse como muy tarde a partir de diciembre de 2015, aunque todavía quedan flecos que tendrá que la nueva Eurocámara que salga de las elecciones tendrá que negociar con los estados miembros para que la desaparición del 'roaming' se haga realidad en España.

Consciente del peso de la abstención, el Parlamento Europeo ha lanzado una campaña, bajo el lema 'esta vez es diferente', para poner en valor su creciente peso dentro de las instituciones europeas.

En este sentido, el organismo desde que empezó la crisis ha tomado decisiones para impulsar un disciplina presupuestaria eficaz, la liquidación de bancos en quiebra o el límite a las primas de los banqueros, entre otros.

En este sentido, el Parlamento Europeo subraya que las elecciones europeas permitirán que los votantes contribuyan a reforzar o cambiar la dirección que ha tomado Europa a la hora de afrontar la crisis económica, así como "en muchos otros asuntos que afectan a la vida diaria de los ciudadanos".

A raíz de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, el Parlamento Europeo comparte con el Consejo de la Unión Europea el poder de decisión acerca de todo el presupuesto anual de la UE, sobre el que tiene la última palabra.

Este presupuesto también influye en los votantes españoles, ya que los fondos europeos se usan para financiar becas educativas, impulsar proyectos de investigación o proporcionar subvenciones a la agricultura, entre otros muchos asuntos.

En este gráfico puedes ver a qué se destina el presupuesto:

Según la Unión Europea, la mayor parte se dedica a impulsar el crecimiento y el empleo y reducir las disparidades económicas entre regiones. Otra gran parte se destina a agricultura, desarrollo rural, pesca y protección del medio ambiente. Entre las demás áreas cabe destacar la de la lucha contra el terrorismo, la delincuencia organizada y la inmigración ilegal.

España ha aportado este año a la UE 13.083,2 millones de euros, un 9,9% más que en 2013, mientras que ha recibido 13.231,2 millones de euros, un 0,2% menos, con lo que forma parte de los países que son 'beneficiarios neto' (reciben más de lo que dan).

Y en Europa también caben las coaliciones, por lo que si con tu voto logras que existan mayoría diferentes a las clásicas, también estás influyendo más de lo que crees.

Por primera vez estas elecciones, la composición del Parlamento Europeo determinará quién dirige la próxima Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE, que tiene la iniciativa legislativa y supervisa su aplicación.

Según las nuevas normas, los líderes de los gobiernos de la UE, que propondrán un candidato para el cargo de futuro presidente de la Comisión, deberán hacerlo basándose en los resultados de las elecciones.

El pleno del Parlamento Europeo elegirá al nuevo Presidente de la Comisión por mayoría de los diputados que lo componen, es decir, al menos la mitad de los 751 eurodiputados (376).

En este sentido, los partidos políticos europeos presentarán (algunos ya lo han hecho) a sus candidatos para este puesto destacado de la UE antes de las elecciones, con el objetivo de permitir a los ciudadanos expresar su opinión acerca del próximo presidente de la Comisión.

España precisa que se cambien los aspectos del presupuesto social porque estamos en el furgón de cola europeo, para ello también desde Europa puede hacerse.

A pesar de la dureza de la crisis, España sigue en el furgón de cola en lo que se refiere al gasto social en Europa. un informe publicado este jueves por la oficina estadística Eurostat revela que los quince países más ricos de la UE, el nuestro es el que presenta peores indicadores en protección social.
Es cierto que el gasto en esa partida ha aumentado debido a la crisis desde el 22,2% del PIB en 2008 hasta el 26,1% del PIB en 2011. Pero todavía está tres puntos por debajo de la media comunitaria (29,1%) y muy lejos de los países líderes como Dinamarca (34,3%), Francia (33,6%). Además, el gasto social per cápita está 17 puntos por debajo del promedio de la UE. Nos superan países de nuestro entorno como Grecia o Portugal.
Y eso que el gasto social ha crecido en buena medida porque también han aumentado las prestaciones por desempleo: España es el país de la UE que dedica un mayor porcentaje de gasto social a pagar la prestación por desempleo (el 14,6% del total, casi el triple de la media comunitaria del 5,6%).
Ese indicador no tiene ningún mérito: España lidera también la clasificación de los Estados miembros con más paro (con una tasa 26,6%). Pero la correlación entre nivel de desempleo y gasto en prestaciones no siempre se cumple. Así, el segundo país que más gasta en paro es Bélgica (12,8%), aunque su tasa no supera el 10%, mientras que Grecia sólo dedica a esta partida el 7,4% del gasto social pese a tener niveles de desempleo similares a los de España.
Los países que menos gasto social destinan al paro son Polonia (1,5%), Rumanía (1,6%), Croacia (2,4%) y Reino Unido (2,6%). Entre los grandes Estados miembros, la clasificación la encabeza Francia (6,6%), que gasta el doble que Italia o Alemania (2,9%).
En todo caso, la mayor partida del gasto social en España es la dedicada a pensiones (43,8% del total), seguida de sanidad (34,4%). Por detrás de las prestaciones por desempleo se sitúan las ayudas a la familia y a la infancia (5,4%) y a la vivienda (1,7%).
Los países de la UE que dedican menos gasto a la protección social son Letonia (15,1% del PIB), Estonia (16,1%), Rumanía (16,3%), Lituania (17%), Bulgaria (17,7%), Eslovaquia (18,2%), Malta (18,9%) y Polonia (19,2%). Y luego viene España.

EP