El PSPV de Riba-roja de Túria ha denunciado que cerca de 200 pinos se han secado en el último año en la localidad por culpa de una deficiente gestión del Partido Popular. Los árboles están plantados en el denominado camí de Xest que comunica el casco urbano con la partida de Porxinos donde el Ayuntamiento de Riba-roja había planeado la fallida ciudad deportiva del Valencia.
El Plan Confianza financiado por la Generalitat Valenciana destinó un total de 700.000 euros a las obras de mejora y rehabilitación de esta zona del término municipal donde el equipo de gobierno había diseñado el complejo deportivo del Valencia. Sin embargo, en un principio estaba previsto que las obras del camí de Xest fuesen pagadas por el plan urbanístico de Porxinos -a través del programa promovido por el Valencia- pero finalmente fueron financiadas con fondos del denominado Plan Confianza.
El portavoz del PSPV de Riba-roja, Robert Raga, ha manifestado que la muerte de los 200 árboles en el último año "es la metáfora que describe perfectamente la gestión del Partido Popular en nuestra localidad ya que se han dedicado a despilfarrar y gastar alegremente el dinero de todos los contribuyentes sin ningún tipo de control ni miramiento hasta el punto de perdonar a este plan urbanístico privado de financiar unas obras que deberían haber asumido desde el primer momento".
El proyecto de mejora del camí de Xest contemplaba la adecuación de la carretera y de los accesos con cargo al convenio que firmaron el Ayuntamiento de Riba-roja y el Valencia como promotor del plan Porxinos en el que se detallaba que se debían plantar hasta un total de 103 pinos de alto valor ecológico en los laterales de la carretera. Sin embargo, con el paso del tiempo se comprobó que la plantación no se había realizado correctamente ya que todos ellos se habían secado. Sus hojas, sus tallos y su composición general adquirieron un tono amarillento que obligó al Ayuntamiento de Riba-roja de Túria a arrancarlos y sustituirlos por otros pinos. La operación se llevó a cabo por parte de los operarios municipales a lo largo de más de 1 kilómetro de distancia en el que se plantaron nuevos ejemplares a ambos márgenes de la carretera.
No obstante, la operación no ha terminado de fructificar y ahora, más de un año después, se ha visto que no ha servido de nada ya que los árboles han vuelto a adquirir un tono amarillento que obligará al equipo de gobierno a idear una nuevo solución a un problema que debía reparar y financiar un plan urbanístico privado pero que la benevolencia del alcalde de Riba-roja, Francisco Tarazona, ha sufragado con el dinero de todos los contribuyentes.
El portavoz municipal socialista de Riba-roja ha reclamado al alcalde "la depuración de responsabilidades políticas porque estamos hablando del dinero de todos los ciudadanos para un proyecto que ha sido un absoluto fracaso ya que algo tan simple como la plantación de árboles en una zona, a la sazón agrícola, se ha convertido en una auténtica pesadilla sin ninguna respuesta convincente hasta el momento". 
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