Àgora se sitúa en este conflicto del lado de los sindicatos y de los grupos políticos, sociales y culturales que quieren que la economía se gobierne para la felicidad de los ciudadanos/as y enfrente de los que quieren que la economía se gobierne para beneficio de los mercados.
La refo
rma laboral no es la única causa que mueve a los sindicatos a convocar un día de Huelga General el 29 de marzo, no es sólo la reforma laboral. Aunque sólo por eso ya hay razones más que suficientes para salir a la calle y mostrar el malestar de los ciudadanos/as. Hay también otras razones y son también de mucho calado. Todas juntas son más que suficientes para estar el día 29 de marzo en las movilizaciones; tanto la Huelga General como en las grandes manifestaciones que se celebrarán por la tarde.
La reforma laboral es uno de los puntos de toda una nueva política diseñada por los sectores más conservadores de Europa, apoyados fuertemente por la Banca y por los sectores financieros que controlan los mercados. Esa política busca tras asignarse grandes cantidades en subvenciones - obtenidas de los impuestos de todos y a precios ridículos (1% a tres años)- , y de ganar mucho dinero apostando contra las deudas soberanas; modificar la situación social que los europeos habíamos conquistado por medio de más de 40 años de avances en el Estado de Bienestar. 40 años que en España no han dado suficiente porque partíamos de niveles mucho más bajos que el resto como consecuencia de la dictadura franquista.
Son reformas que también atacan a la sanidad y a la educación. Navegando en una barca teórica que se dirige a la austeridad pero que está realmente dirigiéndose de forma muy sui géneris por el camino de afectar a los sectores sociales menos favorecidos. El ataque promete seguir dejando en la estacada cada vez más y a más gente. En estos dos frentes, la derecha más conservadora está haciendo de ejecutora de las políticas que le marcan desde el FMI y desde los mercados financieros (con toda la Banca y los sectores económicos dirigiendo).
Las políticas de austeridad tal y como se están diseñando por Merkel- Sarkotzy y Rajoy no tienden a racionalizar el gasto como nos dicen. No se trata de aplicar aquello de "gasto sólo aquello que puedo", sino que bajo la excusa de la austeridad, se están tomando decisiones de ajuste económico, precisamente en los sectores que más afectan al precario Estado del Bienestar que habíamos alcanzado. El objetivo es extraer del Estado todas aquellas áreas que , en sus manos privadas, puedan darles algún tipo de beneficio en el futuro. Se trata por lo tanto de abrir nuevos boquetes y nichos de mercado que en cuanto remonte la economía sirvan para extraer de la sanidad y de la educación pingües beneficios, aunque para eso tengan que hacernos repagar parte de esos servicios, como ya están intentando; o desviar parte de nuestras rentas mínimas a suscribir pólizas sanitarias privadas.
En definitiva se trata de decir en que se recorta para equilibrar las cuentas, pero sólo se apuntan recortes para las clases medias y las más desfavorecidas. No hay que ser expertos para ver que el ajuste no es proporcional y ahí hemos podido disfrutar de las grandes sonrisas y los aplausos del Presidente de la CEOE y del más insigne representante de la Banca española Emilio Botín. Por el contrario no hemos visto ningún ajuste representativo en sectores en que seguramente podrían hacerse con mucha más tranquilidad, por ejemplo en el ejército y en las armas, en donde apenas ha habido disminución.
Àgora se sitúa en este conflicto del lado de los sindicatos y de los grupos políticos, sociales y culturales que quieren que la economía se gobierne para la felicidad de los ciudadanos/as y no del lado de los que quieren que la economía se gobierne para beneficio de los mercados. Sobre todo porque como han demostrado tantos otros economistas, incluidos premios Nobel: Hay Alternativas en otro sentido más cercano a los ciudadanos/as
La refo
rma laboral no es la única causa que mueve a los sindicatos a convocar un día de Huelga General el 29 de marzo, no es sólo la reforma laboral. Aunque sólo por eso ya hay razones más que suficientes para salir a la calle y mostrar el malestar de los ciudadanos/as. Hay también otras razones y son también de mucho calado. Todas juntas son más que suficientes para estar el día 29 de marzo en las movilizaciones; tanto la Huelga General como en las grandes manifestaciones que se celebrarán por la tarde.La reforma laboral es uno de los puntos de toda una nueva política diseñada por los sectores más conservadores de Europa, apoyados fuertemente por la Banca y por los sectores financieros que controlan los mercados. Esa política busca tras asignarse grandes cantidades en subvenciones - obtenidas de los impuestos de todos y a precios ridículos (1% a tres años)- , y de ganar mucho dinero apostando contra las deudas soberanas; modificar la situación social que los europeos habíamos conquistado por medio de más de 40 años de avances en el Estado de Bienestar. 40 años que en España no han dado suficiente porque partíamos de niveles mucho más bajos que el resto como consecuencia de la dictadura franquista.
Son reformas que también atacan a la sanidad y a la educación. Navegando en una barca teórica que se dirige a la austeridad pero que está realmente dirigiéndose de forma muy sui géneris por el camino de afectar a los sectores sociales menos favorecidos. El ataque promete seguir dejando en la estacada cada vez más y a más gente. En estos dos frentes, la derecha más conservadora está haciendo de ejecutora de las políticas que le marcan desde el FMI y desde los mercados financieros (con toda la Banca y los sectores económicos dirigiendo).
Las políticas de austeridad tal y como se están diseñando por Merkel- Sarkotzy y Rajoy no tienden a racionalizar el gasto como nos dicen. No se trata de aplicar aquello de "gasto sólo aquello que puedo", sino que bajo la excusa de la austeridad, se están tomando decisiones de ajuste económico, precisamente en los sectores que más afectan al precario Estado del Bienestar que habíamos alcanzado. El objetivo es extraer del Estado todas aquellas áreas que , en sus manos privadas, puedan darles algún tipo de beneficio en el futuro. Se trata por lo tanto de abrir nuevos boquetes y nichos de mercado que en cuanto remonte la economía sirvan para extraer de la sanidad y de la educación pingües beneficios, aunque para eso tengan que hacernos repagar parte de esos servicios, como ya están intentando; o desviar parte de nuestras rentas mínimas a suscribir pólizas sanitarias privadas.
En definitiva se trata de decir en que se recorta para equilibrar las cuentas, pero sólo se apuntan recortes para las clases medias y las más desfavorecidas. No hay que ser expertos para ver que el ajuste no es proporcional y ahí hemos podido disfrutar de las grandes sonrisas y los aplausos del Presidente de la CEOE y del más insigne representante de la Banca española Emilio Botín. Por el contrario no hemos visto ningún ajuste representativo en sectores en que seguramente podrían hacerse con mucha más tranquilidad, por ejemplo en el ejército y en las armas, en donde apenas ha habido disminución.
Àgora se sitúa en este conflicto del lado de los sindicatos y de los grupos políticos, sociales y culturales que quieren que la economía se gobierne para la felicidad de los ciudadanos/as y no del lado de los que quieren que la economía se gobierne para beneficio de los mercados. Sobre todo porque como han demostrado tantos otros economistas, incluidos premios Nobel: Hay Alternativas en otro sentido más cercano a los ciudadanos/as
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