La crisis mata los mecanismos de participación ciudadana en las decisiones políticas municipales.

L'Eliana es el único municipio que mantiene viva la Agenda 21, cuyas reuniones se mantienen periódicas y prosiguen su plan de trabajo normal. Pero no se ha logrado ningún avance en los presupuestos participativos.

La Pobla de Vallbona no tiene implantada la Agenda 21 y tampoco los presupeustos participativos, ni ninguna herramienta similar.

En San Antonio la Agenda 21 desapareció nada más constituirse y es como si los gestores municipales adquirieran más miedo ahora que en la época de vacas gordas y huyeran de dar cuenta a los vecinos representados de la situación real de lo que gestionan.

Precisamente para lo que se planteó el derecho de participación ciudadana, es decir para aquellos momentos más críticos en los que las decisiones deberian exigir una minoración en las aportaciones económicas de las instituciones políticas y la decisión ¿en qué y en cuanto? debería corresponder a los ciudadanos. En momentos como este de plena crisis en que los ciudadanos agradecerian mantener los mínimos elementos de participación ciudadana, pero que por el contrario están viendo como se acaba con ellos.

Agenda 21 y Presupuestos Participativos.

Como decimos, el único municipio que mantiene algúno de los elementos de participación ciudadana es l'Eliana con la Agenda 21 que tiene reuniones una vez al mes y sigue teniendo importancia en cuanto a propuestas y análisis de sostenibilidad medioambiental de las políticas de ese municipio.

En San Antonio, nada más se supo de la Agenda 21 que se constituyó hace ya más de dos años. Y su paralización ha hecho que el PSPV de San Antonio anuncie una propuesta para revitalizarla de cuyo contenido nos han asegurado nos darán cuenta para poder publicarla. Tampoco se supo nada más de los presupeustos particiaptivos, aquel incipiente plantemaiento que exige la colaboración de todo el movimiento asociativo municipal.

En este momento en que los presupuestos participativos podrían dar la voz a los ciudadanos/as para decidir si se suben o no los impuestos municipales, si se invierte o no en determinadas cuestiones a cambio de recortar gastos corrientes, o de cualquier otro punto de los consistorios. Es ahora precisamente cuando los Ayuntamientos y, en general las instituciones que hoy dia están fundamentalmente gobernadas por la derecha, cuando dejan atrás los tiempos de incipiente participación ciudadana.

Es como si los gestores municipales adquirieran más miedo ahora que en la época de vacas gordas. Y huyeran de dar cuenta a los vecinos representados de la situación real. La crisis convierte en más oscuras las instituciones municipales.