Crónica intenta ejercer dicha libertad y quiere dejar que la ejerzan quienes aquí se expresan
La información es un derecho fundamental al que debemos de tener acceso todos los ciudadanos. El Estado, por medio de todas sus administraciones incluida la local, tiene la obligación de garantizarnos el poder ejercer este derecho. No es de recibo que se pongan o intenten poner obstáculos a la libre circulación de ideas u opiniones y cualquier censura, presión directa o indirecta para que las opiniones difundidas a través de cualquier medio de comunicación sea visual, oral o escrito está prohibida por ley y los ciudadanos repelen de inmediato esas actividades. Las administraciones no tienen porque intervenir para decir de que cuestiones podemos opinar y menos para cerrar el paso a opinar sobre ellos que están sometidos a la crítica, a la opinión abierta y a la censura pública de su gestión, porque son los que se han presentado voluntariamente a gestionar nuestros intereses públicos. Nadie que pertenezca o pretenda pertenecer, o que haya querido pertenecer y no lo haya logrado a una institución publica puede alzar su voz exigiéndonos, en nombre de no se que deber, que callemos y para ello amenace y utilice mecanismos directos o indirectos. No es de recibo tampoco, que ningún miembro de los órganos de dirección local de ningún partido quiera bajo ninguna excusa frenar la crítica y la información. Desde estas paginas siempre hemos mantenido el máximo respeto por cualquier persona, sea el Jefe del Estado o sea el sursum corda, y nunca consentiremos en ellas insultos hacia nadie pero tampoco aceptaremos la amenaza ni el chantaje por la crítica y lo que en ellas se dice. Sea en uno u otro sentido porque a eso se le llama fascismo.
Toda opinión debe poder ser expresada libremente por las personas en cualquier medio y forma que considere conveniente con tan solo regirnos por nuestra responsabilidad y ética. Decía Suetonio, historiador romano del siglo I, que en un estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres y por ello no se puede ni debe, bajo ningún concepto, presionar para acallar la voz de quien piensa de manera diferente. No debemos tener miedo a aquellos que tienen otra opinión, pero si a los que pensando diferente son muy cobardes para manifestarla. La crítica por muy dura que sea, siempre es productiva y genera o debería generar la superación de los problemas que se denuncian.
Se puede intentar matar al mensajero pero él solo es portador del mensaje, la razón de este está en su misma existencia y con esa muerte se puede hacer callar una voz pero no se puede hacer desaparecer el hecho que lo ha provocado. Y por otra esquina o ventana volverá a nacer la misma crítica. Forma parte de la esencia democrática y de la de los demócratas.
El derecho a la libre expresión es uno de los más fundamentales, ya que es esencial a la lucha para el respeto y promoción de todos los derechos humanos. Sin la habilidad de opinar libremente, de denunciar injusticias y clamar cambios - el hombre está condenado a la opresión.
Por estas mismas razones, el derecho a la libre expresión es uno de los más amenazados, tanto por gobiernos represores que quieren impedir cambios, como por personas individuales que quieren imponer su ideología o valores personales, callando los otros.
La lucha por la libertad de expresión nos corresponde a todos, ya que es la lucha por la libertad de expresar nuestro propio individualismo. Respetar la libertad de los demás a decir cualquier cosa, por más ofensiva que la consideremos, es respetar nuestra propia libertad de palabra.
Son las bases de todo sistema democrático y nos implica a todos los demócratas, también de San Antonio y Camp de Túria
La libertad supone responsabilidad. Por eso la mayor parte de los hombres la temen tanto. George Bernard Shaw (1856-1950).
Crónica intenta ejercer dicha libertad y quiere dejar que la ejerzan quienes en ella se expresan.
La información es un derecho fundamental al que debemos de tener acceso todos los ciudadanos. El Estado, por medio de todas sus administraciones incluida la local, tiene la obligación de garantizarnos el poder ejercer este derecho. No es de recibo que se pongan o intenten poner obstáculos a la libre circulación de ideas u opiniones y cualquier censura, presión directa o indirecta para que las opiniones difundidas a través de cualquier medio de comunicación sea visual, oral o escrito está prohibida por ley y los ciudadanos repelen de inmediato esas actividades. Las administraciones no tienen porque intervenir para decir de que cuestiones podemos opinar y menos para cerrar el paso a opinar sobre ellos que están sometidos a la crítica, a la opinión abierta y a la censura pública de su gestión, porque son los que se han presentado voluntariamente a gestionar nuestros intereses públicos. Nadie que pertenezca o pretenda pertenecer, o que haya querido pertenecer y no lo haya logrado a una institución publica puede alzar su voz exigiéndonos, en nombre de no se que deber, que callemos y para ello amenace y utilice mecanismos directos o indirectos. No es de recibo tampoco, que ningún miembro de los órganos de dirección local de ningún partido quiera bajo ninguna excusa frenar la crítica y la información. Desde estas paginas siempre hemos mantenido el máximo respeto por cualquier persona, sea el Jefe del Estado o sea el sursum corda, y nunca consentiremos en ellas insultos hacia nadie pero tampoco aceptaremos la amenaza ni el chantaje por la crítica y lo que en ellas se dice. Sea en uno u otro sentido porque a eso se le llama fascismo.
Toda opinión debe poder ser expresada libremente por las personas en cualquier medio y forma que considere conveniente con tan solo regirnos por nuestra responsabilidad y ética. Decía Suetonio, historiador romano del siglo I, que en un estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres y por ello no se puede ni debe, bajo ningún concepto, presionar para acallar la voz de quien piensa de manera diferente. No debemos tener miedo a aquellos que tienen otra opinión, pero si a los que pensando diferente son muy cobardes para manifestarla. La crítica por muy dura que sea, siempre es productiva y genera o debería generar la superación de los problemas que se denuncian.
Se puede intentar matar al mensajero pero él solo es portador del mensaje, la razón de este está en su misma existencia y con esa muerte se puede hacer callar una voz pero no se puede hacer desaparecer el hecho que lo ha provocado. Y por otra esquina o ventana volverá a nacer la misma crítica. Forma parte de la esencia democrática y de la de los demócratas.
El derecho a la libre expresión es uno de los más fundamentales, ya que es esencial a la lucha para el respeto y promoción de todos los derechos humanos. Sin la habilidad de opinar libremente, de denunciar injusticias y clamar cambios - el hombre está condenado a la opresión.
Por estas mismas razones, el derecho a la libre expresión es uno de los más amenazados, tanto por gobiernos represores que quieren impedir cambios, como por personas individuales que quieren imponer su ideología o valores personales, callando los otros.
La lucha por la libertad de expresión nos corresponde a todos, ya que es la lucha por la libertad de expresar nuestro propio individualismo. Respetar la libertad de los demás a decir cualquier cosa, por más ofensiva que la consideremos, es respetar nuestra propia libertad de palabra.
Son las bases de todo sistema democrático y nos implica a todos los demócratas, también de San Antonio y Camp de Túria
La libertad supone responsabilidad. Por eso la mayor parte de los hombres la temen tanto. George Bernard Shaw (1856-1950).
Crónica intenta ejercer dicha libertad y quiere dejar que la ejerzan quienes en ella se expresan.
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