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El mundo de la política al que aspiramos no es el del dimitido Camps, ni el del Rajoy mudo

La dimisión de Camps no lo reconcilia con los ciudadanos. Ni su declaración empecinada de inocencia contradicha con su previo anuncio de visita a los tribunales para aceptar su culpabilidad. Tampoco se reconcilia con los ciudadanos el político mudo que no enrojece y para el que "todo vale" en política.

La dimisión de Camps, no es un ejemplo para reconciliarnos con la política, ni con la generosidad y convicción ideológica que los ciudadanos esperamos encontrar en quienes responden a esa palabra. Camps ha dimitido, no por razones democráticas, sino por acorralamiento judicial, político y personal. Y según él dice lo hace para salvar a otro político que ha asistido mudo a todo el esperpento de la trama Gürtel y a la verguenza del asunto de los trajes. El político mudo "salvado", ha estado dando respaldo político al que hoy dimite y a los que se han declarado culpables hasta hace diez minutos.

Camps ha dimitido, él se declara "inocente", el mismo día que un subsecretario suyo Betoret y un ex viceprecidente suyo, Campos, se declaran culpables y reconocen que se dejaron "querer" por la trama del bigotes y recibieron regalos por razon de su cargo. Camps se manifiesta "inocente" y se empecina en ello después de haber tenido a su abogado toda la mañana en el Tribuna Superior de Justicia esperándole para aceptar también su culpabilidad y finalmente no hacerlo por las razones que él y el otro implicado Ricardo Costa sabrán.

La inocencia no es la de Camps que ha quedado seriamente en entredicho con la sola aceptación de los otros dos responsables de su gobierno que aceptan la culpabilidad. La inocencia es la de los ciudadanos/as del País Valenciano que le han votado creyendo lo que decía en la campaña electoral "soy inocente", para luego estar en un trís de aceptar la culpabilidad y aceptarla sin el trís los otros miembros de su gobierno. Las mentiras declaradas en la campaña, que a muchos no nos han sorprendido, son un ejemplo más del nivel de falta de coherencia política de Camps y su equipo para actuar en política con una forma conocida del "todo vale" y no decir la verdad a los valencianos. Porque ¿cuando decía la verdad o mentia Camps?. ¿Cuando decía que se había pagado los trajes?. ¿Cuándo sus compañeros de gobierno decian lo mismo y ahora han aceptado su culpabilidad después de haberla negado tantas veces?. ¿Antes de ayer cuando tomó posesión y aseguró que nada pararía su gobierno porque era inocente y todo su equipo también?.

Al final esta forma de actuar de algunos políticos despretigia a los que reamente lo son en el sentido de generosidad y creencia en su ideales. Esta forma de actuar en la política que puede estar en la línea de los hermanos Marx, aquello de que tengo mis principios, pero si no les gustan, tengo otros, no ayuda al acercamiento ciudadano a la política que piden los manifestantes del movimiento del 15-M. En cualquier caso, esta forma de actuar crea más zanjas entre los ciudadanos y sus representantes. No es la manera de actuar en política que esperamos muchos ciudadanos.

Pero esta forma de actuar no es lo único que ofende políticamente, porque ofende también el silencio mudo de quien se cree heredero del gobierno del estado y no quiere que nadie ni nada, ni tan siquiera Camps, le haga sombra en ese viaje. Eso a pesar de aquellas declaraciones hechas en un mitín de Rajoy en Valencia, cuando dijo claramente "Paco estoy muy orgulloso de tí, y estaré siempre contigo, a tu lado, delante o detrás de tí, me dá igual", para a renglón seguido, hoy, tirar de la cuerda para que caiga cuanto antes y deje el camino libre a su Moncloa. El político mudo tampoco es del tipo de políticos que nos harán felices y nos reconciliarán con la gestión política, al menos ya está demostrando que es también de los de "todo vale".

La dimisión de Camps, en la forma en que lo ha hecho, no reconcilia a los ciudadanos con los políticos como él, muy al contrario los aleja porque la forma en que ha dimitido, tras tantos años de negar lo que hoy considera evidente el resto de su equipo ya culpable abundan en su negligente actuar político. Las urnas no lavan las culpas de la corrupción, a pesar de lo que hemos venido oyendo y querían que aceptáramos.

Y aún os queda mucho de lo mismo porque queda todavía el gran juicio Gürtel y el de Ripoll. Mucha cuerda todavía para seguir arrastrando suciedad en la vida política y en una época en que esos políticos nos piden sacrificios a todos los ciudadanos.
Publicat per Àgora CT. Col·lectiu Cultural sense ànim de lucre per a promoure idees progressistes Pots deixar un comentari: Manifestant la teua opinió, sense censura, però cuida la forma en què tractes a les persones. Procura evitar el nom anònim perque no facilita el debat, ni la comunicació. Escriure el comentari vol dir aceptar les normes. Gràcies

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