Este itinerario destaca por recorrer ambas orillas del río Túria en el ámbito del Parque Natural. A pesar del kilometraje, propone un cómodo paseo junto a las riberas del Túria, casi todo en llano o descendente, entre campos de algarrobos y olivos, naranjales y alguna zona de monte con pinos, o de vegetación de ribera. También notables son las masías o los antiguos molinos, como la masía del Río, la masía de los Frailes o la masía de la Barca, el monasterio de Santa María, o el puente metálico sobre el Túria perteneciente a la desmantelada vía de tren entre Riba-roja y Llíria.
0 km.
Se encuentra en la estación de Llíria de la línea 1 de Metrovalencia. En las otras rutas que comienzan en esta estación nos adentramos en su núcleo urbano, localizado a unos 190 metros sobre el nivel del mar. En este municipio, capital de la comarca del Camp de Túria viven poco más de 20.500 habitantes. Su agricultura actual se centra en los productos hortofrutícolas, aunque la mayor parte de sus habitantes trabajan en la industria y en el sector servicios. En la plaza Mayor está la oficina de turismo donde nos podemos informar del rico patrimonio histórico de esta ciudad: ibero, romano, árabe y cristiano.
En esta ocasión, salimos de la estación y en vez de entrar en la población, seguimos calle abajo hacia nuestra derecha, pasamos una rotonda, y entre esta y la gasolinera contigua, encontraremos el camino que nos acercará tranquilamente a Benissanó. Para ello nos dejamos caer por esta pequeña carretera y cuando llevemos recorridos unos 1300 m y estemos situados en un punto en el que converge la línea imaginaria que hay entre el castillo de Benissanó, nosotros, y a nuestra derecha, un poste del tendido eléctrico y una pequeña colina, debemos encontrar el camino de tierra que nos llevará a la entrada de Benissanó donde veremos una pequeña pinada que hace de área recreativa.
2 km.
Estamos ante el portal de Llíria al lado del castillo y que nos da la entrada al Benissanó histórico. Si traspasamos el Portal de Llíria nos encontraremos a nuestra izquierda con la entrada al castillo y a nuestra derecha la plaza con la iglesia. Tras pasar la plaza de la iglesia nos encontraremos con dos portales más, el de Bétera al noreste y el de Valencia al este.
El pueblo de Benissanó —comarca del Camp de Túria— cuenta con unos 2.000 habitantes, localizándose a unos 130 metros de altitud sobre el nivel del mar. Su economía se basa en la agricultura (cultivo de cítricos y productos hortofrutícolas), la industria de la madera, el textil y la fabricación de materiales de construcción.
Benissanó era una antigua alquería musulmana que, una vez conquistada, el rey Pedro III donó en el año 1277 a Joan de Próxita. Hasta finales del siglo XV dependió de Llíria, y ambas localidades mantuvieron numerosos litigios que desembocaron en conflictos armados en los años 1408 y 1576.
De esta localidad destaca el castillo-palacio de Benissanó. Esta bella obra arquitectónica fue construida hacia la segunda mitad del siglo XV, por mosén Luis Vilarrasa de Cavanilles, sobre la antigua fortaleza musulmana. Se trata de una pequeña fortaleza de planta rectangular en la que destaca la torre del Homenaje en su parte central, con ventanales de clara influencia gótica. Disponía de puente levadizo y foso circundante (hoy cegado). La barbacana es de gran solidez y está almenada con saeteras, alzándose en sus vértices torres defensivas. Ha sufrido muchas modificaciones y restauraciones desafortunadas, siendo la más importante la realizada en el año 1900, que han difuminado su aspecto original. Es de propiedad particular, del marqués de Monistrol, pero lo rige el Ayuntamiento de Benissanó, y puede visitarse.
Resalta en su interior sus importantes y antiguas bodegas formadas por dos pisos, un sótano abovedado y un semisótano con techo de viguería. Los espacios más importantes del castillo-palacio son las llamadas dependencias del rey de Francia, Francisco I que estuvo prisionero el año 1525, al ser derrotado en la Batalla de Pavía. Frente al castillo está la iglesia parroquial de los Santos Reyes. El primer edificio se construyó hacia 1925, en el mismo lugar donde se encontraba la antigua iglesia. Ésta poseía una sola nave con capillas laterales con arcos de medio punto y artesonado mudéjar. Al lado derecho se alza el campanario de planta cuadrada. También son relevantes los tres portales que daban acceso al Benissanó medieval.
Salimos de nuevo por el sur y seguimos por un camino, primeramente asfaltado y luego de tierra, que está señalizado con las marcas de un sendero de Pequeño Recorrido. Salimos a la carretera por donde habíamos bajado desde Llíria, pero unos metros más abajo. La remontamos por nuestra derecha, donde se abre en V y la tomamos por la izquierda. Tras recorrer unos 700 m, veremos señalización del PR a la izquierda. Seguimos así entre campos de naranjos y alcachofas donde, de mañana temprano, salta más de una liebre. Pasamos por debajo de la nueva variante de Benaguasil hasta llegar a una rotonda, que seguimos de frente hacia el polideportivo, y después la estación de Metrovalencia de Benaguasil. Cruzamos el paso a nivel y entramos en la población.
5,5 km.
Benaguasil (comarca del Camp de Túria). La habitan unas 10.000 personas, y se encuentra situada a unos 150 metros de altitud sobre le nivel del mar. En Benaguasil existen industrias textiles, de marroquinería y de cerámica que contribuyen al desarrollo económico del pueblo. También se dedican al cultivo y la comercialización de cítricos y hortalizas (cebollas y alcachofas).
Entre su patrimonio arquitectónico destaca su iglesia y el santuario. En la plaza mayor se alza la iglesia parroquial de Nuestra Señora, cuya construcción comenzó en 1703 y se concluyó en 1737. Posee campanario de planta cuadrada y una nave con crucero, con bóveda de cañón y cúpula de planta circular. Las capillas laterales se encuentran unidas entre sí y recaen sobre naves paralelas a la central. Por lo que respecta al santuario de Nuestra Señora de Montiel, se encuentra en la cima del cerro Montiel (252 m). Si ascendemos hasta él disfrutaremos de amplias y agradables panorámicas. Por lo que respecta al santuario, cabe anotar que tiene su origen en el descubrimiento de una imagen de la Virgen en 1620. La primera ermita construida data de 1644. Más tarde, entre 1795 y 1801, se alzó la actual iglesia de estilo clasicista, y en 1916 se restauró la fachada. En su interior se encuentran 8 altares laterales más el principal. En esta cima se excavó a finales del siglo pasado una gruta como capilla dedicada a San José. Junto al santuario existe un convento de religiosas terciarias capuchinas.
Una vez cruzado el paso a nivel, atravesamos la población entrando por la calle Joanot Martorell (donde hay una señal de dirección al santuario de Montiel) Giramos a la izquierda por Trinquet y desembocamos en una calle principal, la de Pedralva, que atraviesa Benaguasil en ligera pendiente hasta que a los pies del cerro Montiel nos encontramos con la antigua estación de Renfe en lo que ahora es un paseo. Estamos en el kilómetro 6.8 y salimos de Benaguasil siguiendo el paseo hacia la izquierda. Continuamos por un camino de tierra que desemboca en la carretera junto al puente que cruza la trinchera por donde circulaban antaño los trenes. Poste del PR y luego más marcas que nos irán guiando hasta los parajes del Túria que vamos a recorrer.
10 km.
Confluimos en una carretera con algo de tráfico pero al ir en bajada enseguida llegamos al cruce con la CV-50 en el kilómetro 10 de nuestro recorrido. La atravesamos y entramos en un camino rural asfaltado muy tranquilo que recorre las masías y molinos de la margen izquierda del Túria: el Mas de Baixo, el Mas del Molino y el del Río.
13,7 km.
Mas del Río (y al otro lado del Túria el Mas del Fraile). Poste del PR que nos guía por detrás del mas para cruzar, 400 metros más abajo, la rambla Primera que está a punto de desembocar en el Túria generalmente sin agua. Al cruzarla, el asfalto desaparece y un poco más adelante, es el propio camino el que a su vez lo hace. A nuestra derecha marca del PR que nos muestra la existencia (por si no la habíamos visto) de una acequia. Subimos a la acequia que esta tapada, la seguimos, bordeamos la caseta que hay sobre ella y, de nuevo, un camino que seguimos y que al poco gira hacia arriba. Nos toparemos con otro camino asfaltado. Por la izquierda, llegaríamos enseguida al área recreativa la FENOSA.
Acercarse al agua del Túria es difícil porque sólo hay pequeños entrantes a lo largo del río que son usados por los pescadores. En el resto de sus márgenes una maraña de cañas que asfixian a chopos, olmos y otros árboles no autóctonos como las robinias. El área recreativa de la Fenosa es la excepción a esta norma y permite disfrutar a los ciudadanos de las aguas del Túria. A pesar de la jungla verde en la que se han convertido las orillas del Túria, podemos ver aves acuáticas como la garza real, los avetorillos, las pollas de agua o el ánade real.
Seguimos, por la derecha, nuestro itinerario, que nos dejará en un nuevo camino asfaltado que tomaremos hacia la izquierda y que se hace de tierra en las proximidades de la rambla Castellana a la que descenderemos para poder cruzarla. Llevamos 17.2 kilómetros de recorrido. Seguimos junto al río llevando a nuestra derecha una cantera de áridos.
17,6 km.
Cruzamos por fin el río. Fuerte pero corta rampa y estamos en la planicie de la margen derecha del Túria.
Vamos llaneando y, junto a unas casas, vemos un camino, a nuestra derecha, que tomamos para recorrer este trozo de planicie en dirección a la estación eléctrica, río arriba, que se nutre de las aguas del Túria que llegan a ella canalizadas bajo los montes de la Pea. Una ampliación de la estación ha cortado el camino por lo que los últimos 100 m debemos hacerlos por una senda medio dibujada entre los campos de algarrobos y olivos. Desde la puerta de la estación camino asfaltado que de nuevo nos dirige río abajo.
20,1 km.
A 200 metros de la estación eléctrica y a nuestra derecha encontramos el segundo camino que se introduce en los montes de la Pea. Aquí nuestro itinerario ofrece dos opciones: la larga, que requiere ciertas dosis de espíritu aventurero, y la corta para ciclioturistas más relajados.
La corta no hace más que continuar por la carretera asfaltada hacia abajo, siguiendo el curso de las aguas del Túria.
La larga, que seguiremos describiendo, se adentra en la Pea por un camino de tierra. Es monte de pocas hectáreas pero lleno de conejos, y da abrigo a ratoneros, águilas culebreras, águilas perdiceras y águilas calzadas. Por desgracia, se quemó una parte en el verano del 2006.
Comenzamos a subir, pero sin mucha pendiente, llevando el paisaje incendiado a nuestra derecha. Hasta llegar al alto. Comenzamos a bajar por el camino que se hace de gravilla fina con tierra. Vemos algunas bifurcaciones menores, en peor firme, que obviamos y descendemos con más pendiente por lo que el asfalto vuelve de nuevo aunque lleno de baches. Seguimos con la gravilla y con atención para no pasarnos el camino, a nuestra izquierda, que deberemos coger, ya abajo, en la vaguada que forma un pequeño barranco.
22,2 km.
Ahora viene el peor tramo de todo el recorrido. Mejor hacerlo a pie pues el camino está muy erosionado y lleno de piedras. Subimos 100 metros hasta la primera loma y paramos pues seguro lo necesitaremos, a contemplar el paisaje. Podemos observar los efectos del incendio, aunque los primeros rebrotes de esparto y otros arbustos tapizan ya la zona. En las laderas apreciaremos unos parapetos de ramaje quemado que parecen formar bancales y que sirven para evitar la erosión del suelo de las pendientes. Montamos de nuevo a en la bici, llaneamos un poquito y de nuevo subimos.
22,9 km.
Estamos en lo más alto del recorrido junto al vértice geodésico Paridera a 266 m sobre el nivel del mar. Desde aquí disponemos de buenas vistas. Dejamos el área incendiada y llaneamos y descendemos un poquito hasta encontrarnos con una pista de firme de gravilla. A nuestra derecha unos 100 metros más abajo está el camino que debemos tomar. De nuevo camino , perfecto para hacer trial, con algún tramo no muy gozoso para nuestras ruedas.
24,4 km.
El camino “trialero” que nos llevaba por la cuerda de la montaña se topa con una casa y un camino de firme de gravilla. Lo tomamos por nuestra izquierda y seguimos hacia abajo hasta encontrarnos con un camino asfaltado que seguiremos hacia la derecha y que es la dirección que llevaba nuestra bajada. De nuevo desembocamos en otro que también seguimos a derechas sobre el ligero y gozoso descenso del camí del corral d’Alquissa.
27,3 km.
Nos reencontramos de nuevo con el itinerario corto, pero cuatro kilómetros más abajo. Seguimos a la derecha (aguas abajo: ya sabéis) y 600 metros más adelante lo dejamos (justo antes de una subida) por un pequeño camino también asfaltado que bordea la colinita que nos impide ver Vilamarxant. Este camino del Molinet, muy agradable de recorrer por su escaso tráfico y dar vistas a la Huerta Mayor de Vilamarxant, forma parte de un sendero local.
30 km.
Entramos en Vilamarxant por detrás de una gasolinera. Esta población pertenece a la comarca del Camp del Túria y en ella viven unas 7000 personas. Su economía es todavía predominantemente agrícola, aunque algunas pequeñas industrias, especialmente de la cerámica y la construcción, han prosperado en los últimos años. Entre sus monumentos podemos citar la torre de Pedralba de origen árabe y que se encuentra en el casco antiguo de la población y que presenta un muy mal estado de conservación. Sin embargo, lo que más nos llamará la atención, cuando nos acerquemos a esta villa de mercaderes, que es lo que significa su nombre, es la iglesia parroquial de Santa Catalina Mártir que destaca con su campanario con cúpula de azulejos blancos y azules.
31,5 km.
Retomamos de nuevo la carretera a Benaguasil por la que vinimos. La remontamos y 800 metros más adelante la dejamos a la derecha en el desvío de la urbanización Vilanova. Seguimos las marcas del PR y enseguida a la izquierda. El camino está asfaltado hace poco tiempo. Baja de nuevo y por la primera giramos a la izquierda siguiendo en llano por los bancales cultivados de naranjos.
33,8 km.
Llegamos a un cruce y a la derecha con firme de tierra viramos para ver enseguida una gran balsa de riego y otro cruce. Si seguimos recto seguimos el camino corto que pasa cerca de la entrada del monasterio de Santa María. Este es de tierra. Si giramos a la derecha hacia abajo y por asfalto, seguimos el camino largo que nos llevará a ver el puente del extinto ferrocarril sobre el Túria. De hecho, 600 metros más abajo dejaremos el camino de asfalto para tras atravesar los restos de la antigua vía férrea, enlazar con un camino de tierra que baja pegado a esta pero por el otro lado y que nos bajará a orillas del Túria.
35,4 km.
Estamos al pie del puente metálico del extinto ferrocarril de vía ancha entre Valencia y Llíria. En esta zona, como en el resto de las orillas del Túria, nos será difícil acceder al agua que nos remoje, pero hay algún que otro hueco entre el cañaveral por donde colarse.
Pasamos bajo el puente por un camino que casi siempre presenta algún que otro charco de agua bajo el dosel de cañas que lo recubren. Cuando unos 200 metros más allá lo veamos girar a izquierdas y buscar la ladera lo seguiremos y en tranquilo ascenso nos encontraremos con que se hace de asfalto, pues estamos de nuevo en el camino que nos bajó y que dejamos al cruzar la vía. Pero no subimos mucho más por él, pues enseguida, junto a las paredes de piedra del muro que contornea el monasterio, hay un camino de tierra que debemos seguir.
37 km.
Tras 500 m nos devuelve a la ruta corta. Seguimos la pista de tierra a la derecha y 700 metros más abajo a nuestra derecha la abandonamos por un caminito asfaltado (coincidente con la ruta 10) que nos paseará durante casi cuatro kilómetros por las huertas de la margen izquierda del Túria en Riba-Roja. Este recorrido es francamente gozoso sobre todo a primeras o últimas horas de la tarde por lo que conviene hacerlo despacio.
41,8 km.
Desembocamos junto al puente sobre el Túria que da acceso a Ribarroja. Pocos metros antes, vemos, a nuestra derecha, el antiguo puente ahora peatonal y ciclista y que en un futuro nos llevará a la estación de metro de Ribarroja. A día de hoy, de momento, seguiremos la carretera de l’Eliana para desviarnos por la VV-41004 que, en una ligera subida, nos dejará en poco menos de dos kilómetros en nuestro final de itinerario.
45 km. o 38,7km.
Segunda rotonda y acceso a nuestra izquierda el apeadero del Clot de la Línea 1 del metro.
0 km.
Se encuentra en la estación de Llíria de la línea 1 de Metrovalencia. En las otras rutas que comienzan en esta estación nos adentramos en su núcleo urbano, localizado a unos 190 metros sobre el nivel del mar. En este municipio, capital de la comarca del Camp de Túria viven poco más de 20.500 habitantes. Su agricultura actual se centra en los productos hortofrutícolas, aunque la mayor parte de sus habitantes trabajan en la industria y en el sector servicios. En la plaza Mayor está la oficina de turismo donde nos podemos informar del rico patrimonio histórico de esta ciudad: ibero, romano, árabe y cristiano.
En esta ocasión, salimos de la estación y en vez de entrar en la población, seguimos calle abajo hacia nuestra derecha, pasamos una rotonda, y entre esta y la gasolinera contigua, encontraremos el camino que nos acercará tranquilamente a Benissanó. Para ello nos dejamos caer por esta pequeña carretera y cuando llevemos recorridos unos 1300 m y estemos situados en un punto en el que converge la línea imaginaria que hay entre el castillo de Benissanó, nosotros, y a nuestra derecha, un poste del tendido eléctrico y una pequeña colina, debemos encontrar el camino de tierra que nos llevará a la entrada de Benissanó donde veremos una pequeña pinada que hace de área recreativa.
2 km.
Estamos ante el portal de Llíria al lado del castillo y que nos da la entrada al Benissanó histórico. Si traspasamos el Portal de Llíria nos encontraremos a nuestra izquierda con la entrada al castillo y a nuestra derecha la plaza con la iglesia. Tras pasar la plaza de la iglesia nos encontraremos con dos portales más, el de Bétera al noreste y el de Valencia al este.
El pueblo de Benissanó —comarca del Camp de Túria— cuenta con unos 2.000 habitantes, localizándose a unos 130 metros de altitud sobre el nivel del mar. Su economía se basa en la agricultura (cultivo de cítricos y productos hortofrutícolas), la industria de la madera, el textil y la fabricación de materiales de construcción.
Benissanó era una antigua alquería musulmana que, una vez conquistada, el rey Pedro III donó en el año 1277 a Joan de Próxita. Hasta finales del siglo XV dependió de Llíria, y ambas localidades mantuvieron numerosos litigios que desembocaron en conflictos armados en los años 1408 y 1576.
De esta localidad destaca el castillo-palacio de Benissanó. Esta bella obra arquitectónica fue construida hacia la segunda mitad del siglo XV, por mosén Luis Vilarrasa de Cavanilles, sobre la antigua fortaleza musulmana. Se trata de una pequeña fortaleza de planta rectangular en la que destaca la torre del Homenaje en su parte central, con ventanales de clara influencia gótica. Disponía de puente levadizo y foso circundante (hoy cegado). La barbacana es de gran solidez y está almenada con saeteras, alzándose en sus vértices torres defensivas. Ha sufrido muchas modificaciones y restauraciones desafortunadas, siendo la más importante la realizada en el año 1900, que han difuminado su aspecto original. Es de propiedad particular, del marqués de Monistrol, pero lo rige el Ayuntamiento de Benissanó, y puede visitarse.
Resalta en su interior sus importantes y antiguas bodegas formadas por dos pisos, un sótano abovedado y un semisótano con techo de viguería. Los espacios más importantes del castillo-palacio son las llamadas dependencias del rey de Francia, Francisco I que estuvo prisionero el año 1525, al ser derrotado en la Batalla de Pavía. Frente al castillo está la iglesia parroquial de los Santos Reyes. El primer edificio se construyó hacia 1925, en el mismo lugar donde se encontraba la antigua iglesia. Ésta poseía una sola nave con capillas laterales con arcos de medio punto y artesonado mudéjar. Al lado derecho se alza el campanario de planta cuadrada. También son relevantes los tres portales que daban acceso al Benissanó medieval.
Salimos de nuevo por el sur y seguimos por un camino, primeramente asfaltado y luego de tierra, que está señalizado con las marcas de un sendero de Pequeño Recorrido. Salimos a la carretera por donde habíamos bajado desde Llíria, pero unos metros más abajo. La remontamos por nuestra derecha, donde se abre en V y la tomamos por la izquierda. Tras recorrer unos 700 m, veremos señalización del PR a la izquierda. Seguimos así entre campos de naranjos y alcachofas donde, de mañana temprano, salta más de una liebre. Pasamos por debajo de la nueva variante de Benaguasil hasta llegar a una rotonda, que seguimos de frente hacia el polideportivo, y después la estación de Metrovalencia de Benaguasil. Cruzamos el paso a nivel y entramos en la población.
5,5 km.
Benaguasil (comarca del Camp de Túria). La habitan unas 10.000 personas, y se encuentra situada a unos 150 metros de altitud sobre le nivel del mar. En Benaguasil existen industrias textiles, de marroquinería y de cerámica que contribuyen al desarrollo económico del pueblo. También se dedican al cultivo y la comercialización de cítricos y hortalizas (cebollas y alcachofas).
Entre su patrimonio arquitectónico destaca su iglesia y el santuario. En la plaza mayor se alza la iglesia parroquial de Nuestra Señora, cuya construcción comenzó en 1703 y se concluyó en 1737. Posee campanario de planta cuadrada y una nave con crucero, con bóveda de cañón y cúpula de planta circular. Las capillas laterales se encuentran unidas entre sí y recaen sobre naves paralelas a la central. Por lo que respecta al santuario de Nuestra Señora de Montiel, se encuentra en la cima del cerro Montiel (252 m). Si ascendemos hasta él disfrutaremos de amplias y agradables panorámicas. Por lo que respecta al santuario, cabe anotar que tiene su origen en el descubrimiento de una imagen de la Virgen en 1620. La primera ermita construida data de 1644. Más tarde, entre 1795 y 1801, se alzó la actual iglesia de estilo clasicista, y en 1916 se restauró la fachada. En su interior se encuentran 8 altares laterales más el principal. En esta cima se excavó a finales del siglo pasado una gruta como capilla dedicada a San José. Junto al santuario existe un convento de religiosas terciarias capuchinas.
Una vez cruzado el paso a nivel, atravesamos la población entrando por la calle Joanot Martorell (donde hay una señal de dirección al santuario de Montiel) Giramos a la izquierda por Trinquet y desembocamos en una calle principal, la de Pedralva, que atraviesa Benaguasil en ligera pendiente hasta que a los pies del cerro Montiel nos encontramos con la antigua estación de Renfe en lo que ahora es un paseo. Estamos en el kilómetro 6.8 y salimos de Benaguasil siguiendo el paseo hacia la izquierda. Continuamos por un camino de tierra que desemboca en la carretera junto al puente que cruza la trinchera por donde circulaban antaño los trenes. Poste del PR y luego más marcas que nos irán guiando hasta los parajes del Túria que vamos a recorrer.
10 km.
Confluimos en una carretera con algo de tráfico pero al ir en bajada enseguida llegamos al cruce con la CV-50 en el kilómetro 10 de nuestro recorrido. La atravesamos y entramos en un camino rural asfaltado muy tranquilo que recorre las masías y molinos de la margen izquierda del Túria: el Mas de Baixo, el Mas del Molino y el del Río.
13,7 km.
Mas del Río (y al otro lado del Túria el Mas del Fraile). Poste del PR que nos guía por detrás del mas para cruzar, 400 metros más abajo, la rambla Primera que está a punto de desembocar en el Túria generalmente sin agua. Al cruzarla, el asfalto desaparece y un poco más adelante, es el propio camino el que a su vez lo hace. A nuestra derecha marca del PR que nos muestra la existencia (por si no la habíamos visto) de una acequia. Subimos a la acequia que esta tapada, la seguimos, bordeamos la caseta que hay sobre ella y, de nuevo, un camino que seguimos y que al poco gira hacia arriba. Nos toparemos con otro camino asfaltado. Por la izquierda, llegaríamos enseguida al área recreativa la FENOSA.
Acercarse al agua del Túria es difícil porque sólo hay pequeños entrantes a lo largo del río que son usados por los pescadores. En el resto de sus márgenes una maraña de cañas que asfixian a chopos, olmos y otros árboles no autóctonos como las robinias. El área recreativa de la Fenosa es la excepción a esta norma y permite disfrutar a los ciudadanos de las aguas del Túria. A pesar de la jungla verde en la que se han convertido las orillas del Túria, podemos ver aves acuáticas como la garza real, los avetorillos, las pollas de agua o el ánade real.
Seguimos, por la derecha, nuestro itinerario, que nos dejará en un nuevo camino asfaltado que tomaremos hacia la izquierda y que se hace de tierra en las proximidades de la rambla Castellana a la que descenderemos para poder cruzarla. Llevamos 17.2 kilómetros de recorrido. Seguimos junto al río llevando a nuestra derecha una cantera de áridos.
17,6 km.
Cruzamos por fin el río. Fuerte pero corta rampa y estamos en la planicie de la margen derecha del Túria.
Vamos llaneando y, junto a unas casas, vemos un camino, a nuestra derecha, que tomamos para recorrer este trozo de planicie en dirección a la estación eléctrica, río arriba, que se nutre de las aguas del Túria que llegan a ella canalizadas bajo los montes de la Pea. Una ampliación de la estación ha cortado el camino por lo que los últimos 100 m debemos hacerlos por una senda medio dibujada entre los campos de algarrobos y olivos. Desde la puerta de la estación camino asfaltado que de nuevo nos dirige río abajo.
20,1 km.
A 200 metros de la estación eléctrica y a nuestra derecha encontramos el segundo camino que se introduce en los montes de la Pea. Aquí nuestro itinerario ofrece dos opciones: la larga, que requiere ciertas dosis de espíritu aventurero, y la corta para ciclioturistas más relajados.
La corta no hace más que continuar por la carretera asfaltada hacia abajo, siguiendo el curso de las aguas del Túria.
La larga, que seguiremos describiendo, se adentra en la Pea por un camino de tierra. Es monte de pocas hectáreas pero lleno de conejos, y da abrigo a ratoneros, águilas culebreras, águilas perdiceras y águilas calzadas. Por desgracia, se quemó una parte en el verano del 2006.
Comenzamos a subir, pero sin mucha pendiente, llevando el paisaje incendiado a nuestra derecha. Hasta llegar al alto. Comenzamos a bajar por el camino que se hace de gravilla fina con tierra. Vemos algunas bifurcaciones menores, en peor firme, que obviamos y descendemos con más pendiente por lo que el asfalto vuelve de nuevo aunque lleno de baches. Seguimos con la gravilla y con atención para no pasarnos el camino, a nuestra izquierda, que deberemos coger, ya abajo, en la vaguada que forma un pequeño barranco.
22,2 km.
Ahora viene el peor tramo de todo el recorrido. Mejor hacerlo a pie pues el camino está muy erosionado y lleno de piedras. Subimos 100 metros hasta la primera loma y paramos pues seguro lo necesitaremos, a contemplar el paisaje. Podemos observar los efectos del incendio, aunque los primeros rebrotes de esparto y otros arbustos tapizan ya la zona. En las laderas apreciaremos unos parapetos de ramaje quemado que parecen formar bancales y que sirven para evitar la erosión del suelo de las pendientes. Montamos de nuevo a en la bici, llaneamos un poquito y de nuevo subimos.
22,9 km.
Estamos en lo más alto del recorrido junto al vértice geodésico Paridera a 266 m sobre el nivel del mar. Desde aquí disponemos de buenas vistas. Dejamos el área incendiada y llaneamos y descendemos un poquito hasta encontrarnos con una pista de firme de gravilla. A nuestra derecha unos 100 metros más abajo está el camino que debemos tomar. De nuevo camino , perfecto para hacer trial, con algún tramo no muy gozoso para nuestras ruedas.
24,4 km.
El camino “trialero” que nos llevaba por la cuerda de la montaña se topa con una casa y un camino de firme de gravilla. Lo tomamos por nuestra izquierda y seguimos hacia abajo hasta encontrarnos con un camino asfaltado que seguiremos hacia la derecha y que es la dirección que llevaba nuestra bajada. De nuevo desembocamos en otro que también seguimos a derechas sobre el ligero y gozoso descenso del camí del corral d’Alquissa.
27,3 km.
Nos reencontramos de nuevo con el itinerario corto, pero cuatro kilómetros más abajo. Seguimos a la derecha (aguas abajo: ya sabéis) y 600 metros más adelante lo dejamos (justo antes de una subida) por un pequeño camino también asfaltado que bordea la colinita que nos impide ver Vilamarxant. Este camino del Molinet, muy agradable de recorrer por su escaso tráfico y dar vistas a la Huerta Mayor de Vilamarxant, forma parte de un sendero local.
30 km.
Entramos en Vilamarxant por detrás de una gasolinera. Esta población pertenece a la comarca del Camp del Túria y en ella viven unas 7000 personas. Su economía es todavía predominantemente agrícola, aunque algunas pequeñas industrias, especialmente de la cerámica y la construcción, han prosperado en los últimos años. Entre sus monumentos podemos citar la torre de Pedralba de origen árabe y que se encuentra en el casco antiguo de la población y que presenta un muy mal estado de conservación. Sin embargo, lo que más nos llamará la atención, cuando nos acerquemos a esta villa de mercaderes, que es lo que significa su nombre, es la iglesia parroquial de Santa Catalina Mártir que destaca con su campanario con cúpula de azulejos blancos y azules.
31,5 km.
Retomamos de nuevo la carretera a Benaguasil por la que vinimos. La remontamos y 800 metros más adelante la dejamos a la derecha en el desvío de la urbanización Vilanova. Seguimos las marcas del PR y enseguida a la izquierda. El camino está asfaltado hace poco tiempo. Baja de nuevo y por la primera giramos a la izquierda siguiendo en llano por los bancales cultivados de naranjos.
33,8 km.
Llegamos a un cruce y a la derecha con firme de tierra viramos para ver enseguida una gran balsa de riego y otro cruce. Si seguimos recto seguimos el camino corto que pasa cerca de la entrada del monasterio de Santa María. Este es de tierra. Si giramos a la derecha hacia abajo y por asfalto, seguimos el camino largo que nos llevará a ver el puente del extinto ferrocarril sobre el Túria. De hecho, 600 metros más abajo dejaremos el camino de asfalto para tras atravesar los restos de la antigua vía férrea, enlazar con un camino de tierra que baja pegado a esta pero por el otro lado y que nos bajará a orillas del Túria.
35,4 km.
Estamos al pie del puente metálico del extinto ferrocarril de vía ancha entre Valencia y Llíria. En esta zona, como en el resto de las orillas del Túria, nos será difícil acceder al agua que nos remoje, pero hay algún que otro hueco entre el cañaveral por donde colarse.
Pasamos bajo el puente por un camino que casi siempre presenta algún que otro charco de agua bajo el dosel de cañas que lo recubren. Cuando unos 200 metros más allá lo veamos girar a izquierdas y buscar la ladera lo seguiremos y en tranquilo ascenso nos encontraremos con que se hace de asfalto, pues estamos de nuevo en el camino que nos bajó y que dejamos al cruzar la vía. Pero no subimos mucho más por él, pues enseguida, junto a las paredes de piedra del muro que contornea el monasterio, hay un camino de tierra que debemos seguir.
37 km.
Tras 500 m nos devuelve a la ruta corta. Seguimos la pista de tierra a la derecha y 700 metros más abajo a nuestra derecha la abandonamos por un caminito asfaltado (coincidente con la ruta 10) que nos paseará durante casi cuatro kilómetros por las huertas de la margen izquierda del Túria en Riba-Roja. Este recorrido es francamente gozoso sobre todo a primeras o últimas horas de la tarde por lo que conviene hacerlo despacio.
41,8 km.
Desembocamos junto al puente sobre el Túria que da acceso a Ribarroja. Pocos metros antes, vemos, a nuestra derecha, el antiguo puente ahora peatonal y ciclista y que en un futuro nos llevará a la estación de metro de Ribarroja. A día de hoy, de momento, seguiremos la carretera de l’Eliana para desviarnos por la VV-41004 que, en una ligera subida, nos dejará en poco menos de dos kilómetros en nuestro final de itinerario.
45 km. o 38,7km.
Segunda rotonda y acceso a nuestra izquierda el apeadero del Clot de la Línea 1 del metro.
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